De psicopompos, devas y apariciones

Ocurre algo curioso cuando nos enfrentamos con sucesos que son complicados de explicar. La mayoría representativa de la humanidad tendería a intentar encajar el círculo en el cuadrado; aquí aparece el primer inconveniente: redondeamos la base a mazazos (algún entendido sugerirá con thinking with a hammer), o por supuesto, lo más común, podemos recortar el círculo y darle la forma que necesitamos para que todo encaje.

Cosas semejantes acontecen cuando algo del otro lado se cuela en nuestra realidad consensuada; cuando la aparición de ese algo se reporta, seguramente tendrá múltiples interpretaciones pues depende de quien lo mire; es decir, depende del sistema de creencias de la consciencia humana que interpreta la aparición —decimos aparición porque no hay una palabra mejor que describa a los avistamientos de ovnis, vírgenes, devas o genios—. El sistema de creencias le intenta dar una forma definitiva a ese algo que posiblemente posea una fisicalidad variable; hemos hablado anteriormente sobre esto, así que por el momento no agregaremos más.

El fenómeno de apariciones
conocido como Shadow people
Pero aquello que intentamos resaltar, es que se trata del mismo factor exógeno, pero observado por o con otros ojos. Examinemos por ejemplo el fenómeno de las devas o genios, aquellas apariciones engañosas que enloquecían a los viajeros que se aventuraban solos en las regiones desérticas. Notemos incluso el parecido y semejanza en la otra punta del globo, con las apariciones marianas o mariofanías.

No obstante la distancia geográfica, las coincidencias resaltan: lugares poco transitados, casi desérticos como es el Tepeyac; la aparición se manifiesta a sólo una —en el caso de Guadalupe— o tan solo a pocas personas —como el caso de Fátima—. Pero también prestemos atención a los eventos que precedieron a las apariciones; poca objetividad quizá nos brinde el Nican Mopohua ya que sabemos que fue mancillado por los jesuitas, pero coincidimos en que la aparición de Guadalupe fue antes de 1548, año en que muere Juan Diego, es decir, en los años posteriores a la desaparición de gran parte de los aborígenes en manos de los Conquistadores.

En el caso de Fátima, las apariciones ocurren en el año 1917 y también se encuentran relacionadas con eventos dolorosos; recordemos que recién un año después finalizaría la Primer Guerra Mundial dejando más de 60 millones de muertes.

¿Vemos algo curioso aquí? Tal vez: la definición de un psicopompo es la de un ser mitológico que conducen a las almas de los difuntos hacia el otro lado; por ejemplo, en la mitología irlandesa a este tipo de apariciones se las denominan banshees (o guardiana de tumbas), porque augura la muerte de un familiar; una película que puede resultar interesante al mostrarnos esta realidad oculta es The Eye (El Ojo Maldito).


Pero divulguemos un dato de color sobre Guadalupe...: en la época prehispánica en el cerro Tepeyac se encontraba el santuario más importante de la divinidad nahua de la tierra y la fertilidad; curiosamente, esta diosa era llamada Coatlicue (en náhuatl Señora de la falda de serpientes). ¿Nos atrevemos a sugerir algo más? Si se estudia Pasaporte a Magonia del prestigioso astrofísico Jacques Vallée observaremos que existe una serie de sincronicidades negativas que afectan a Juan Diego: podríamos aventurar que fue abducido cuando los enviados eclesiásticos lo siguen para determinar si su relato es una farsa:
Estos le siguieron por la ciudad, vieron que no hablaba con nadie, observaron que subía al cerro... y que de pronto desaparecía. ¡Por más que registraron aquella zona no encontraron ni rastro de él! Un perfecto cuento de hadas. Pero Juan, en el cerro, se encontró de nuevo con la aparición, a la que transmitió la respuesta del obispo...
El ojo entrenado no dudará en ver la escenificación virtual (¿o mental?) que la entidad de cuarta densidad proyecta para el humano; pero por otro lado, es notable como el único pariente de Juan Diego, su tío, enferma de forma súbita cuando él no cumple con los encargos de la deva, lo que le fuerza a  actuar nuevamente como su mensajero, acarreando las flores y el velado paño con la imagen, para obtener la recompensa de su sanación: hemos visto este tipo de presión psicológica o de chantaje encubierto en actitudes mafiosas de psicópatas humanos.

¿Es posible vislumbrar el denominador común? Es interesante apreciar estas manifestaciones al culminar un evento bélico o de gran derramamiento de sangre, como si las entidades del otro lado tratasen de preservar la fuente de alimento; en definitiva, un buen montaje cuasi teatral, con el objetivo de retener o avivar cultos divinos (de ahí la palabra deva), multiplicando así el flujo de energía devocional. Del libro Defendámonos de los Dioses del prestigioso ex-jesuita Salvador Freixedo:
La idea que estoy exponiendo saltó a mi mente cierta noche ventosa, fría y húmeda, en que desde una altura contemplaba la enorme multitud concentrada en la gran explanada que se extiende ante el santuario de Fátima. Los cientos de miles de velas en la oscuridad, me parecieron por un momento chispas que brotaban de aquellas almas enfervorizadas por el amor a la Virgen, y de aquellos cuerpos martirizados por el húmedo frío que se metía hasta los huesos.

Recuerdo que hasta miré hacia arriba a ver si lograba ver a los vendimiadores de toda aquella energía, tan fácilmente recogible por lo apiñada y por lo a flor que la tenían los allí presentes. Mis ojos sólo pudieron ver el negro cielo claveteado de estrellas. Pero ¡qué inmensa batería se extendía a mis pies! Cada una de aquellas mentes aportaba su amor, su ansia, sus deseos, sus angustias, sus remordimientos, sus esperanzas... y su dolor; la gran mortificación que indudablemente sentían en aquel momento, calados de frío, de humedad, y probablemente de hambre y de cansancio; pero con gusto ofrecían todo aquello, movidos por su fervor religioso.
[esa] energía es fácilmente recogible; porque los que la tienen están deseosos de entregarla.
Quizá es el momento de recordar que otra variante del loosh, además del dolor y sufrimiento, está basada en la energía devocional. ¿Comienza a tener un sentido todo esto? Leemos en El secreto de Fátima de D'armada y Fernandes:
Un tipo interesante de 'mensaje,' parecido al de Fátima en el sentido de que implicaba una predicción, aconteció en Orange, Francia, en 1974. El capellán de una base aérea, el padre Molisson, practicaba el hipnotismo con fines médicos. Un día de febrero de ese año, consiguió llevar a un estudiante de secundaria de catorce o quince años a un profundo trance. De forma inesperada, el estudiante comenzó a hablar en alto y anunció que algunos Ovnis aterrizarían pronto, en una noche de luna llena. No especificó el lugar exacto.
Al día siguiente, el sacerdote tuvo un encuentro con una profesora de alemán de veinticinco años de edad, la cual le pidió que la hipnotizara. Si bien la profesora no conocía en nada al estudiante mencionado, cuando estuvo en trance, le preguntó cuáles eran los últimos informes. Asombrado el sacerdote escuchó de parte de la profesora que el aterrizaje masivo de Ovnis se daría en tres días, entre las 23 y 0 horas, en la pequeña villa de Saint Guilles. Fue entonces cuando el sacerdote junto a seis de sus amigos pudieron presenciar la aparición de un grupo de Ovnis.
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Para aquellos interesados en un modelo científico que soporte una expansión de la realidad física, los doctores Jacques Vallée y Eric Davis proponen el siguiente paper: A 6-layer Model for Anomalous Phenomena (un modelo de 6 capas para la fenomenología anómala).

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