A equilibrarse se aprende en el tablero inclinado

Nos deslizamos sobre una hojarasca de múltiples e imprecisas estaciones; otoños olvidados han dejado la huella solemne de su paso que presagia la quietud reflexiva del invierno. El bosque bien lo sabe: la forma de respirar del Cosmos es a través de ciclos donde los aspectos destructivos y creativos se entremezclan surgiendo un tercero: el eterno cambio.

Los biólogos que siguen ciegamente las teorías materialistas que hablan de la competencia por la supervivencia han quizá olvidado algo... existe también la cooperación y el trabajo mancomunado en estos terrenos entrópicos. Y no estamos hablando sólo de líquenes y anémonas junto a su pez gracioso, sino también dentro de nuestros cuerpos. ¿Nos hemos puesto a pensar esto seriamente y las reminiscencias esotéricas que acarrearía? Así en la Tierra como en el Cielo: permítasenos citar del libro The Siren Call of Hungry Ghosts del autor e investigador Joseph Fisher el siguiente párrafo esclarecedor:
Pareció que Roger [el hipnoterapeuta facilitador] logró llegar a la consola principal de otro nivel de consciencia. En un inicio, se vio perplejo con esta revelación: descubrió que una enorme cantidad de consciencias alternas, cada una con su propia voz. Podía comunicarse con cada consciencia alterna a cargo de cada órgano del cuerpo y aspecto del yo, que iban desde los pulmones hasta el hígado, desde su salud hasta su humor. Todo lo que debía hacer era seleccionar la parte [del paciente], de manera física o abstracta, con la que deseaba hablar, de la misma forma en que uno puede seleccionar el archivo de una computadora.
Tal es así que dentro de nuestros cuerpos conviven en simbiosis millones de organismos y bacterias que junto a nuestras células administran en silencio las actividades metabólicas y defensivas de nuestro soporte físico. Es notable pensar que una enfermedad puede considerarse como un desequilibrio de esta simbiosis, donde un grupo toma actitudes egocéntricas -o más precisamente parasitarias- sobre la comunidad de células y organismos, y no nos centramos sólo en las decenas de miles de bacterias exógenas que pueblan nuestro interior, acaso una célula cancerosa comparte casi todo nuestro ADN y puede ser un enemigo voraz; del ecologista americano Paul Shepard:
El vivo mundo de nuestras emociones, miedos y respuestas es como un gran bosque con su fauna. Experimentamos esos sentimientos como si fuesen animales salvajes que se mueven rápidamente a través del follaje de nuestro ser, y que tímidamente se asoman alarmados o que salen, furtivos, y se acercan con hábil cautela, conectándonos con nuestro yo desconocido.
Analicemos con nuevos ojos y con asombro veamos que en verdad llevamos un Bosque de segunda densidad bajo nuestra piel. ¿Y en el Cielo? ¿Hemos de dudar acaso que esto deje de ser así en planos superiores? Louis Proud en su esclarecido libro Dark Intrusions nos permite entrever que algo parecido ocurre en la cuarta densidad: algunas entidades trabajan en silencio ocupadas en sus propios asuntos, como Ents entre bosques añejos y frondosos, haciendo poco caso de la futilidad humana; en contadas ocasiones, quizá, levantarán un ojo para entrever la actividad de algún extraviado, que en su desesperación pudiese arruinar el trabajo de muchos soles, sólo para guiarle y mostrarle el camino de regreso. Otras entidades parecen estar más cerca de los hombres, algunas en clara violación a la Directiva Primaria:
Una vez fuera de trance, Annie [Shaw, una medium] le comentó a la familia [una madre soltera: Peggy Hodgson, y sus cuatro hijos: Margaret de 13, Janet de 11, Peter de 10 y Jimmy de 7 años] que Janet era el foco de la actividad poltergeist. Comentó además que había múltiples entidades tras las manifestaciones, y el motivo se debía a que el aura de Janet y también la de su madre tenía un derrame energético. Cuando esto ocurre, los que están detrás de los fenómenos poltergeist parecen nutrirse de esta energía y utilizar parte para sus manifestaciones.
La causa de estas fugas en el aura pueden atribuirse, según la medium, a una atmósfera negativa en la casa, que fue adquirida luego de la separación de la señora Hodgson de su esposo y la reprimida amargura y tristeza que esto acarreó [¿tal vez asociada a una orquestación amorosa?]
En cambio algunas más solidarias parecen querer ayudar o al menos monitorear el desempeño humano sin intervenir en las elecciones, salvo bajo estricta solicitud y orientadas en honrar el libre albedrío:
Como evidencia del hecho de que gente perfectamente sana, aunque bajo cierto stress, pueda escuchar voces incorpóreas, Julian Jaynes [psicólogo norteamericano de la universidad de Princeton] describe su propia experiencia al respecto: ocurrió poco antes de los treinta años, mientras vivía solo en Boston; había estado estudiando por más de una semana sobre la cuestión "cuál es el camino para conocerlo todo," cuando, una tarde, en un estado de "desesperación mental" se había acostado en el sofá (y presumiblemente habría caído en estado hipnagógico) escuchó entonces una voz firme que dijo en voz alta: 'ha de incluirse el conocedor en lo conocido.'
Visión del Mundo Imaginal,
Teofanía y quizá Immram
Jay Alfred parece tener una interesante teoría que podría unificar el desarrollo biológico en el cuarto estado de la materia. Si nuestros cuerpos físicos, y aun lo que consideramos mente se encontrara en estado de plasma, podría interactuar de manera natural con las entidades que allí habiten; para comprender esto, tan sólo necesitamos extender el framework biológico a un plano adicional al de tierra, agua y aire. Si esto parece tan asombroso, observemos que la tercera densidad -aquella en la que habita la humanidad- sería invisible para un gusano que vive en el fango:
Cuando ciertos circuitos en el cerebro bioquímico (en particular en el lóbulo parietal y temporal) son desconectados, la zona de consciencia del cuerpo basado en carbón del ser humano se transfiere a su cuerpo de plasma. Durante la fase REM (Rapid Eye Movement) del sueño, el cuerpo basado en carbón procesa información del cuerpo de bioplasma.
¿Podríamos relacionar que las OBE (experiencias fuera del cuerpo) y NDE (experiencias cercanas a la muerte) estarían en estrecha vinculación al cuerpo etérico, o aun, al cuerpo astral? El renombrado psicólogo Kenneth Ring postuló algo semejante en su hipótesis del Mundo Imaginal al presentar el Proyecto Omega.

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