La interfaz espiritual (I)

Hemos visto con anterioridad las Densidades de Consciencia e intentamos entrever nuestro papel en las Escalinatas de la Creación. Mucho se ha hablado de la Cuarta Densidad y la posibilidad de encontrarnos en las orillas de un eventual cambio global, sin embargo poco comprendemos hasta qué punto estamos interconectados y como la biología de nuestros cuerpos se entrelaza con el Fuego de los Alquimistas.

El fuego con el que se cocina habitualmente es un plasma ígneo: la materia se encuentra ionizada y debido al incremento de energía (aceleración) en sus partículas, emite luz y calor. Esto no es nada nuevo, salvo que no se nos debe pasar por alto que el plasma forma parte de los demás estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso; en los cuatro casos, se trata de la misma materia pero con un grado de mayor aceleración (energía que se inyecta) que provoca el cambio de estado de uno en otro. Algún ojo entrenado podría especular que todo se trata de lo mismo, es decir, Energía, a través de la famosa E=mc2 einsteiniana y Louis de Broglie nos sugeriría mediante su hf=mc2 con que todo el secreto está en la frecuencia de las vibraciones. Para ejemplificar aun más lo cotidiano y extraño de todo esto veamos a través de Fulcanelli a qué nos referimos (del capítulo V de las Moradas Filosofales):
Decir, por ejemplo, que dos volúmenes de hidrógeno combinados con un volumen de oxígeno dan agua es anunciar una trivialidad química. Y, sin embargo, ¿quién nos enseñará por qué el resultado de esa combinación presenta, con un estado especial, caracteres que no poseen en absoluto los gases que la han producido? [...] Por una parte, si el hecho es innegable y está rigurosamente controlado, ¿de dónde procede el que nos resulte imposible reproducirla por simple lectura de la fórmula encargada de explicar su mecanismo? Pues falta, en la notación H2O el agente esencial capaz de provocar la unión íntima de los elementos gaseosos, es decir, el fuego. Pero desafiamos al más hábil químico a que fabrique agua sintética mezclando el oxígeno con el hidrógeno en los volúmenes indicados: ambos gases rehusarán siempre combinarse. Para tener éxito en la experiencia, es indispensable hacer intervenir el fuego.
En este ejemplo, y a lo largo de sus libros, Fulcanelli hace mención continua sobre el Fuego de la Materia y la purificación (solve et coagula) del Alma del Hombre. Si nos ponemos poéticos, y sin perder generalidad científica, podríamos asegurar que el Fuego —el plasma ígneo— es el Alma del Agua. Para unir las dos medidas de hidrógeno y la de oxígeno necesitamos plasma. De hecho, pareciera que cualquier enlace químico, que en particular el del agua es un covalente polar, requiere de la chispa o fuego o plasma. En el controvertido libro War in Heaven de Kyle Griffith, se profundiza sobre la naturaleza de este Fuego y su correlato con la materia inorgánica (capítulo X):
La diferencia entre la materia viviente y la no viviente es que la materia viva está ligada a la materia astral, pero no así la materia no viviente. Moléculas orgánicas complejas de materia corpuscular pueden formar un enlace químico con moléculas similarmente construidas de materia astral, y la estructura resultante muestra las características de la vida: la irritabilidad y la capacidad de reproducción.
Este proceso es muy complicado, y su conocimiento de la física no es suficiente para entender todo por completo. He aquí un intento de explicar por qué la materia astral puede reaccionar químicamente con la materia física sólo dentro de las moléculas vivas y no dentro de las moléculas más simples: tiene que ver con las frecuencias vibratorias de los fotones producidos cuando los electrones tanto de la materia física [corpuscular] como la del astral cambian de nivel de energía [¿salto del nivel de órbita electrónico?] dentro de las moléculas orgánicas complejas. Estas frecuencias al ser las mismas permiten que fotones físicos se conviertan en astrales y viceversa.
Esto ocurre sólo en ciertos tipos de moléculas, no en todas. Estas conversiones de energía permiten un tipo de enlace químico que se produce si las dos moléculas son lo suficientemente similares.
Es posible ejemplificar la sutil presencia del plasma (materia astral) en un simple madero y observar cuánta energía se encuentra almacenada en los enlaces orgánicos de la celulosa. Inflamemos el leño y veamos como el Fuego se escapa de su cárcel material dejando las cenizas de sus componentes físicas: monóxido de carbono, lignina y carbono. Observemos que la energía liberada como plasma ígneo estaba encerrada como plasma en los enlaces covalentes de la celulosa.

Según la NASA, la materia no bariónica representa bastante más del 90% de la materia en el universo, conformado por casi 25% por plasma oscuro y casi el triple para la energía oscura, quedando bastante menos del 5% para la materia densa (corpuscular) que forman nuestros cuerpos físicos.

Ahora bien, el empalme con las ciencias biológicas es directo, pues ¿cuánta agua hay en nuestros cuerpos? Entonces, el Alma del cuerpo físico, nuestro cuerpo etérico, es sin duda la suma de todos aquellos fuegos presentes en las moléculas orgánicas (tal vez sea mucho más que la suma, pues además trabajan y cooperan como un todo); lo importante a destacar es que este cuerpo etérico está formado de plasma, el cuarto estado de la materia, de una sutileza mayor que el grosero cuerpo físico. Es interesante esto pues ningún biólogo podría dejar de arriesgar que, dada la presencia de procesos biológicos para tan bajo margen en la materia física, iguales o parecidos se deberían poder observar en el plasma; en este sentido a Griffith se le informa:
Parte de la energía electromagnética generada químicamente por los procesos metabólicos de la célula se convierte en energía astral por los enlaces entre las moléculas físicas y astrales. Esta energía fluye dentro de la materia astral que compone el alma, suministrando la alimentación de sus diversas funciones y proporcionando materia prima para la regeneración de su materia astral. En otras palabras, un tanto de energía electromagnética se convierte en energía astral, suministrada al alma, y allí convertida en materia astral para llevar a cabo el crecimiento y reparación celular.
El plano astral es en realidad el nivel más alto en la cadena energética por sobre el plano de la Tierra [físico], lo que significa que recibe menos energía útil total. Las plantas convierten la energía solar en energía química. Cuando los animales comen las plantas, absorben esta energía y hacen uso de la mayor parte para su crecimiento, la reparación tisular, para moverse y otras actividades. Sin embargo, parte de ella también se convierte en energía astral y traspasa al alma [alma somática o cuerpo etérico].
Como cada uno de estos procesos de conversión de energía son deficientes, cada eslabón de la cadena de la energía tiene acceso a una menor cantidad que el nivel inferior.
Esto refuerza nuestra idea sobre un eslabón invisible en el ápice de la pirámide alimenticia y también apunta a que los complejos psicológicos autónomos (las almas errantes jungianas) se alimentan silenciosamente de los seres vivos que han parasitado. ¿Estos parásitos serán las extensiones ocultas del sistema de control hiperdimensional?

9 comentarios:

Martin D Cernadas dijo...

Hola estimado. 2 comentarios, bien diferentes :

Te dejo un pedido, es por favor, hacer una entrada (quizas ya la tengas) donde clarifiques el uso de los terminos, por caso, plasma oscuro e igneo, materia oscura e igneo, asi puedo ir y refrescar el sentido que le estas dando. Esto como trabajo involuntario que te pido por favor.

Martin D Cernadas dijo...

Otro comentario, por cierto, y viendo la consideracion del Fuego como Alma del Agua, es que en mi carrera de Shiatsu, donde todo lo que hacemos es trabajar con la energia que circula por nuestro cuerpo, para desbloquear o balancear, es que hay una concepcion china-japonesa de verlo como una rueda de 5 elementos, "La teoria de los 5 elementos".

En esa estrella de 5 puntos, hay circulación. Y tiene su ciclo destructor y otro constructor. En este caso concreto, el Agua pues apaga al Fuego (lo destruye) en su unico vinculo directo, pero para generar Fuego, primero hay que generar Madera, la cual a su vez es generada por el Agua.

Poeticamente hablando, quizas el Fuego sea el Cuerpo Astral , la Madera el Cuerpo Eterico, y el Agua el cuerpo Fisico. Bueno, claro, solo es poesia.


Interesante que este articulo tuyo me haya movido a repasar la Teoria china de los 5 Elementos y como se genera la energia. Te dejo una URL por si queres leer al respecto :

http://ariben.wordpress.com/2010/03/05/%C2%BFque-es-la-teoria-de-los-5-elementos/

ranandîro dijo...

En Densidades y granularidad se intenta explicar las Cinco Densidades Físicas, desde la materia inanimada a la quintaesencia del espíritu (¡así es! el Espíritu también tiene cierta fisicalidad).

Es importante destacar granularidad de nivel de consciencia. El primero se puede ver como la capacidad del hardware o capacidad de procesamiento del microprocesador, mientras que el segundo sería el software o sistema operativo.

Hay un gran nivel de soporte que indica que el Cosmos/Todo posee Siete Densidades o niveles de consciencia: de la materia grosera al plasma (fuego sin humo) a la Luz y por fin a la Gravedad. Nuevamente no debemos pensar de manera estrictamente lineal: ciertas consciencias pueden encarnar iteradamente en ciclos urobóricos (los libros de Gnosis de Mouravieff son recomendados para entender en qué posición se encuentra la Humanidad); sin embargo, cuando una consciencia transciende la quinta esencia ya no necesita del plano físico para experimentar y se puede integrar en una forma de consciencia grupal de sexta densidad.

Los seres de Sexta Densidad de Servicio al Prójimo podría considerarse, con las debidas reservas, como Angeles, los Nombres de Dios o en términos tolkinianos los Ainur o potestades de la creación.

ranandiro dijo...

Estamos trabajando en un artículo que complemente éste a través del siguiente paper de Erik Verlinde: On the origin of gravity and the laws on Newton.

Lo invitamos a que investigue el libro de Kyle Griffith que a pesar de tener un alto grado de desinformación propone un interesante modelo sobre la granularidad de la materia (niveles de densidad) y la naturaleza del alma.

gabriel dijo...

Hola. Me hizo acordar a una canción que se canta en el temazcal.
Tierra es mi cuerpo,
agua es mi sangre,
aire es mi aliento y fuego mi espíritu.

ranandiro dijo...

La postura sobre los entidades etéricas del libro de Griffith coincide con la de los seres inorgánicos de Castaneda. Al parecer su trabajo es mantenernos a raya de su existencia.

El trabajo de investigación de Joe Fisher acentúa esta visión: si son descubiertos o fallan en su labor, son destinados a encarnar en el plano físico. Si analiza la siguiente disertación sobre War in Heaven (en inglés) observará que tanto los Teócratas como las entidades del supuesto Colegio Invisible tienen el mismo destino: no es posible permanecer demasiado tiempo en el plano etérico (o bajo astral), sin una fuente permanente de alimento.

El fuego del espíritu humano, en sus diferentes aromas, parece ser el blanco de la intervención exógena.

gabriel dijo...

Hola . sabes, una vez tuve una vision bastante como esquematica de que las grandes personas (me hace acordar a mahatma) se llevaban con ellos a las almas mas pequeñas.
el esquema era como un globo -la del alma grande- y adentro las mas chiquitas.
me lo hizo recordar el texto que me pasaste, en donde habla de las bandas teocrá ticas y del wendigo.

gabriel dijo...

y en donde habla de habla de los elementales, me trae a la memoria las historias de los mayomberos, en donde funden las almas o espiritus de personas. con las de seres elementales y forman una nueva entidad operativa. -

son unos pensamientos que queria compartir nomas. saludos

ranandiro dijo...

Puedes hallar interesante el artículo de Densidades y Granularidad, y sobre el todo el libro que se menciona de Nicholas Collette.