Gusanos y espirales: las formas de ver el Tiempo

¿Quién no ha cuidado plantas alguna vez? Si no lo ha hecho, quizá le convenga intentarlo antes de seguir leyendo... al parecer es requisito saber cuidar hermanos más chicos antes de graduarse.

Aquel que sabe de plantas, conoce de la alquimia del fuego, agua y tierra; aunque tal vez quienes más sepan de tierra sean las lombrices. Comentaba Aristóteles que las lombrices son el intestino de la tierra, procesando restos de olvidados otoños, construyendo arcadas subterráneas y enriqueciendo el suelo a su paso.

¿Pero qué saben las lombrices de nuestra realidad? Con su pequeño entendimiento, una lombriz poco comprendería de las vicisitudes y rutinas diarias; nuestro acontecer apenas se asoma en la maceta que escuda su ignorancia.

Podemos darnos una idea, que con su limitada vida se sorprendería en saber que las estaciones ciclan en una ristra de ocres otoños, pálidos inviernos, exuberantes primaveras y cálidos veranos; seguramente percibirían el tiempo de manera lineal: hay un comienzo y un fin y estos están en extremos opuestos.

Hic est Draco
caudam suam devorans
Sin embargo, y aunque nos sea imposible transmitírselo, podríamos asegurarle que, porque en nuestras vidas experimentamos varios de estos ciclos, las estaciones se repetirán una tras otra... no son lineales, el comienzo y el fin comparten el mismo tiempo. ¿Pero que ocurriría si existiese un ser superior que tuviese el mismo diferencial de consciencia que hay entre nosotros y las lombrices? ¿Quizá podría ver el tiempo de manera diferente a la nuestra? ¿Manipularlo o transitarlo a voluntad, quizá? ¿Tal vez lo que nosotros entendemos como nuestra civilización, es decir, una continua evolución e integración de conocimientos fuese apenas un ciclo en su entendimiento? ¿Tan solo uno de muchos otros?

Consultado el Dalai Lama sobre la posibilidad de lapsos o compases en los que la eternidad se va midiendo y que los griegos llamaron eones respondió:
No hay límite para los muchos y grandes eones. La existencia de este tipo de tierra se desintegra; empieza a tener forma y de nuevo se desintegra en todas las partes del universo.
Ahora bien, este ciclo circular o urobórico quizá se trate de una buena analogía con el actual concepto científico inflacionario y los universos paralelos; el físico teórico Michio Kaku expone en su libro Universos Paralelos la teoría del Multiverso:
[...] Llevado a su conclusión lógica, eso significa que la inflación es continua y eterna, que ocurren big bangs todo el tiempo, y que brotan universos de otros universos. En esta imagen, los universos pueden «echar brotes,» que son otros universos, y crear así un mutiverso. [...] También significa que nuestro propio universo podría haber brotado de un universo anterior. En el modelo inflacionario caótico, el multiverso es eterno, aunque los universos individuales no lo sean.
La Cosmología Cíclica Conforme
de Roger Penrose
Sin embargo, el prestigioso físico matemático Roger Penrose, autor del libro El Camino a la Realidad discrepa un tanto de esta idea y desconsidera la imagen inflacionaria dado que no podría explicar el bajísimo estado de entropía en el que se cree que estaba el universo al nacer: un grado de orden extremadamente alto que hizo posible la materia compleja. Penrose postula la Teoría del Estado Estacionario sosteniendo que el Big Bang es sólo uno en una serie de muchos otros, y que cada uno marca el inicio de un nuevo “eón” en la historia del universo:
[...] estos círculos nos permiten “ver” a través del Big Bang el eón que habría existido antes. Los círculos, dicen, son marcas dejadas en nuestro eón por las ondas esféricas de las ondas gravitatorias que se generaron cuando los agujeros negros colisionaron en el eón anterior. Y ellos dicen que estos círculos plantean un problema para la Teoría Inflacionaria, porque esta teoría dice que la distribución de las variaciones de temperatura en el ciclo debería ser gaussiana, o aleatoria, en lugar de tener estructuras discernibles en su interior.
Asumir la crisis de nuestra época es una magnífica oportunidad para que nuestra consciencia se mantenga lúcida frente al infinito acontecer, evitando alienarse y anquilosarse en momento alguno, en ninguna objetivación de ese transcurrir; si comparamos los dichos del Dalai Lama con la Segunda Carta de San Pedro vemos que:
En otro tiempo hubo cielos y hubo tierra salida del agua y en el agua asentada por la palabra de Dios, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en el agua; mientras que los cielos y la tierra actuales están reservados, por la misma palabra, para el fuego del Día del Juicio
El agricultor sabe que el grano está listo para la cosecha cuando está henchido; el ganadero engorda el chancho poco antes de llevarlo al matadero; ¿y cuando convendrá cosechar a la humanidad? Seguramente no durante los duros comienzos, ni tampoco en las edades oscuras; tal vez durante las guerras existan provisiones suficientes de loosh de los productos anexos y derivados.

El astuto pastor del cuento de Gurdjieff si bien es holgazán no por eso es menos maligno: luego de las guerras premiaría a la raza humana con tecnologías diversas que permitiesen un crecimiento demográfico, y aguardaría hasta que los instintos de la especie humana cubrieran todo el planeta... ¿cuántos? ¿seis o siete mil millones? ¡Un buen ciclo! Y a comenzar de nuevo...

Una posible nueva definición de Vida

En la actualidad el modelo biológico reconoce que un ser está vivo si posee al menos dos de las siguientes características:
  • responder a estímulos externos;
  • mantener y regular sus procesos internos;
  • capacidad reproductiva (células) o replicante (virus).
Existe lo que podría denominarse como un salto tecnológico entre los átomos y moléculas, como entre éstas y las células. Es posible tentarse y tomar este salto de continuidad como una medida de probabilidad, o mejor aun, de información; Bronte Baxter nos comenta en su artículo sobre Realidad y Pensamientos:
La física cuántica ha descubierto que la materia no es sólida, su apariencia es meramente una ilusión. La materia se compone de átomos, que no son combinaciones corpusculares y vibratorias, como los científicos creyeron una vez; resulta que los átomos son pura vibración.

Así que el mundo físico es pura vibración, que aparece como sólido como aquella analogía de las aspas de un ventilador que aparecen sólidas cuando se desaceleran, pero son difusas cuando giran. Si la materia es vibración, ¿qué es lo que está vibrando? Al parecer, el vacío [¿o la gravedad?]; pero si está vibrando, ese vacío debe ser energía; y debido a que vibra en formas organizadas, entonces debe ser inteligente.

Entonces, la energía inteligente es la materia de la creación, el poder que subyace en todas las cosas que existen: la conciencia, bien puede ser un nombre para la energía inteligente, mientras que un movimiento sutil en la conciencia se puede entender como un pensamiento; el pensamiento da lugar a cambios en la materia. [...]
Además de moldear la realidad, los pensamientos pueden crear la realidad "de la nada." Un ejemplo de esto se da cuando se inventa algo que nunca se ha pensado o sentido antes: una sinfonía, una teoría, una relación ... [...] El pensamiento es el aspecto creativo, y la materia el aspecto receptivo, de una misma Conciencia.
Este 'algo' inteligente (llamese energía, consciencia o Gravedad) se encuentra demasiado próximo y ha acompañado a los átomos desde su forja en los hornos estelares, acunándolos en la niñez mientras conocen otros compañeros, amistades y eventualmente generan su familia de moléculas. Con el tiempo o más bien a través de este 'algo' las moléculas se gradúan en la unidad fundamental de la vida orgánica: la célula; la célula a su vez puede (¿quizá elige?) entre ser un heterótrofo (célula animal: organismo que obtiene energía de otro organismo) o autótrofo (célula vegetal: organismo que fabrica su propio alimento).

El ojo entrenado quizá distinga algo importante.

Por supuesto, es más fácil ver la consciencia en los animales o en el hombre que en las plantas... el notable profesor en filología John Ronald Reuel Tolkien y sus Ents tendrían algo que decir al respecto. No obstante, siendo objetivos y utilizando la definición de consciencia como la capacidad de procesar información, podemos asegurar, sin que ningún científico ortodoxo se espante demasiado, que las plantas tienen un nivel de consciencia: procesan información sobre la humedad del suelo, la dirección y ángulo de la luz, el tiempo estacional, la temperatura y la gravedad. ¿Tal vez perciban aun más cosas?

Bien, pero luego de los saltos de información de animales a humanos, ¿quedará 'algo' más? Es posible. ¿Y la muerte? Es curioso que esto no hubiese sido contemplado desde un principio; al fin y al cabo la muerte pareciera tratarse de un natural salto de información entre saltos de niveles de información más profundos, pero nada más que eso; del libro Secrets of the UFO, del ingeniero Don Elkins:
Por lo tanto, aunque difícil de probar, en mi esquema de las cosas, los fenómenos OVNI parecen encajar como el principio básico de que el cuerpo físico no caracteriza la vida, sino más bien que la Conciencia significa vida, y que la conciencia existe en un continuo de realidad que incluye lo que hoy conocemos como Vida y Muerte. Cuando cesan los actividades orgánicas, todavía existe esa conciencia en una realidad permanente, habiendo pasado meramente a una densidad más ligera de existencia.
Existen innumerables experiencias (N)DE con un nivel decente de uniformidad de criterios de lo que se observa y percibe, suficientes para cubrir dos delta de varianza de la Campana de Gauss (en oscasiones, basta un delta para que se aprueben medicamentos); del libro The Siren Call of Hungry Ghosts del autor e investigador Joseph Fisher:
[la] consciencia alterna no está sólo consciente del plano físico terrestre, sino también de otros planos... No está sujeta a las ponderaciones del espacio-tiempo que se tiene durante la existencia física. Está sujeta únicamente al tiempo y centros de evaluación de la mente misma. Siempre permanecen; y nunca cesan. Una vez que el cuerpo cesa sus funciones, la mente no se detiene... sólo la mente consciente es apagada y detenida hasta que es posible su renovación en una nueva entidad.
Allan Kardec, el famoso investigador y pedagogo francés quizá nos pueda brindar una interesante pista; veamos, el logró obtener nueva información a través de experimentos de comunicación con "espíritus" (es paradójico pensar que antiguamente e incluso hoy en día, se cree que todo ser no encarnado era un espíritu de un muerto, y no un ser avanzado de otra densidad). Ahora bien, de acuerdo a la Teoría de la Información el hecho de obtener nueva información implica la existencia de una fuente

Podríamos (aunque el científico ortodoxo podrá catalogarlo válidamente como argumento ad ignorantiam) suponer un cierto grado de verdad en lo que afirma la fuente, como supuso el astrónomo Camille Flammarion al estudiar a Kardec y proponer la Pluralidad de los Mundos Habitados.

Quizá, y sólo quizá, la consciencia de la vida orgánica, más allá del aspecto físico (o la necesidad de vestimenta y sustento), sea real y efectivamente posible; tal vez la magia o la ciencia (al fin y al cabo es tan sólo ver las cosas desde un punto de vista nuevo) sea entender a las consciencias como espíritus y viceversa; en las palabras del prestigioso astrofísico y doctor en informática Jacques Vallée:
Si el mundo que nos rodea es una realidad de sucesos informacionales, las manifestaciones simbólicas que rodean los informes sobre OVNI/UFO deberían ser vistas como un factor importante. 

Si consideramos el mundo físico como un universo asociativo de acontencimientos informacionales, la consciencia ya no es una simple función local del cerebro humano.
En lugar de eso, propongo definir la consciencia como el proceso a través del cual se extraen y se examinan las asociaciones informacionales. La ilusión del tiempo y del espacio sería un simple efecto secundario de la consciencia cuando examina las asociaciones.
Desde la vista encumbrada en la que nos permite alzarnos el doctor Vallée, nos atrevemos a proponer: ¿una posible definición de vida, no restringida necesariamente a la orgánica que conocemos, pudiera ser aquello que genere nueva información?

Sincronismos a través de las aguas que dividen

Cuando los Conquistadores desembarcaron en América, se sorprendieron y repugnaron, según se comenta, de las técnicas avanzadas que poseían las culturas aborígenes para efectuar sacrificios humanos.

Sacerdote azteca ejecutando un
sacrificio humano; cotejar con los
rituales actuales de San La Muerte
La práctica involucraba a víctimas de todas las edades; pero al parecer había una predilección por los jóvenes y aun niños, pues según la cultura eran considerados en estado puro, condición para el sacrificio a las deidades. Nos parece innecesario entrar en el detalle de las técnicas de tortura utilizadas, sin embargo es objetivo indicar la importancia que tenía la dilación y la sustentación del sufrimiento durante el sacrificio ritual.

¿La pregunta quizá sea por qué? Aquí surge una pista que podemos analizar pues tenemos un libro sagrado que es posible indagar: el Popol Vuh. Este libro maya relata una hebra valiosa de conocimiento: los dioses originales acordaron crear al mundo a fin de que el hombre lo habite; pero hablemos del costo del alquiler: la misión del hombre es venerar y alimentar a los dioses: del mismo modo en que los hombres comen alimento material, a los dioses, seres sobrenaturales (¿hiperdimensionales? ¿en una densidad diferente?), se les debía proveer de un alimento sobrenatural: la energía que se encontraba en la sangre y el corazón de los sacrificados.

Sacerdote cristiano durante la
Inquisición; notar las similitudes
con los rituales del Liber Falxifer
Estamos hablando de los siglos XVI y XVII. ¿Pero qué ocurría en Europa? La Santa Inquisición... curiosa casualidad, o mejor, utilicemos la palabra apropiada: sincronicidad, bastante desafortunada por cierto, ¿quizá producto de alguna velada manipulación? Veamos un poco a qué nos estamos refiriendo: la inquisición involucraba instituciones enfocadas en la supresión de la herejía; es interesante, aunque no viene a cuento aquí, que la inquisición nació como un método para eliminar a los Cátaros. Curiosamente, hay un libro sagrado dando vueltas: la Santa Biblia, y también sacrificios y torturas.

En este caso, aunque tentados por una vista objetiva, no podríamos hablar oficialmente de sacrificios rituales, ¿o si? Los ingredientes están presentes: al fin y al cabo los herejes a la Santa Iglesia Católica y víctimas de los tormentos de la Inquisición se ponían a disposición de las instituciones y representantes eclesiásticos para castigar los delitos contra la fe. No creemos que sea menester describir los tormentos, las maquinarias y los procedimientos que se aplicaban a las víctimas; pero sí es de importancia entender que el fin no era una muerte rápida, sino un castigo extenso. Del libro La Revelación de los Templarios de Picknett y Prince (cap. VII: La sexualidad, sacramento esencial):
La Inquisición, creada expresamente para luchar contra la herejía de los Cátaros, se adaptó con soltura a su nueva misión de perseguidora, torturadora y exterminadora de brujas, aunque más tarde los protestantes también se unieron a tal empresa con gran afición. Significativamente los primeros juicios contra hechiceros se celebraron en Toulouse, donde tenía su cuartel general la Inquisición anticátaros. ¿Sería el resentimiento por alguna recidiva del catarismo lo que condujo a aquellos cruciales procesos, o un síntoma del pánico que las languedocianas inspiraban a los inquisidores obsesionados por el sexo?
Como corolario, la inquietud que se plantea es a qué se debe esta insana coincidencia... dos culturas, de manera independiente, y sin contacto previo, desarrollaban las mismas actividades. Ambas involucraban la religión, o las deidades; las dos requerían de tiempos dilatados de sufrimiento, unas por orden de los dioses, otras para obtener una confesión para los dioses; leemos en las transcripciones de Cosmic Awareness algo que resuena como posible respuesta:
Mucha de la violencia en la historia humana debe su existencia a la presencia de los Aliens; los humanos la han aprendido a través del engaño y la desinformación, violentándose el uno contra el otro en la creencia que sus dioses estaban ordenándoselo o que lo realizaban para su beneplácito.
Sin la interferencia exógena, los humanos hubiesen sido mucho más pacíficos por naturaleza; la violencia y el origen de la misma se generó en los sacrificios y rituales de sangre que los Aliens fomentaron como parte de las tempranas religiones humanas, haciéndoles creer que esa era la forma correcta de complacer a los dioses, convenciéndoles de creer en la ilusión que los Aliens eran Dios. [...] Los Aliens promueven la idea de que se piense en ellos como dioses, como salvadores o como autoridades a las que se debe obedecer sin voluntad propia.
Y esto se extiende a las víctimas que eligen abducir: ellos prefieren a los sumisos, sobre todo a los que ceden su voluntad ya sea por miedo, por devoción o por un desviado aprecio que se asemeja a la autoridad paternal; los Aliens desprecian a aquellos que ven objetivamente lo que son; es muy difícil que ellos abduzcan a una entidad que es objetiva, que le es hostil, sabiendo que su Conocimiento los fortalece interiormente.
Por eso, la docilidad y mansedumbre fue tan fomentada en las religiones teócratas.
Existe una explicación marginal para esto que se agita con sombría persistencia: loosh. Podemos definir loosh como el orgón vital distorsionado en orgón detrimental a través de las emociones negativas, cuyo soporte bioquímico tal vez se trate del adrenocromo -resultante de la oxidación de la adrenalina-, y que se sintetiza en los seres vivientes al ingresar a un estado de ansiedad, ira, frustración o miedo.

Es sencillo rastrear la historia y notar que en casi todas las culturas estuvo asentado el concepto del sacrificio ritual: del humano al chivo expiatorio; en ambos casos, la autoridad religiosa se encargaba de preparar y ejecutar el acto, de acuerdo a determinadas instrucciones. Una vez llevado a cabo el sacrificio, los participantes comían y bebían parte del sacrificio. Se hallan pistas claras de esto en el famoso rito de la transubstanciación en la doctrina católica de la Eucaristía.

Entre Tesla y Borges: el dínamo humano

Se debería comenzar disculpándose por tocar un tema del que quizá no se ha interiorizado lo suficiente; por más de haber nacido en un social memory complex que reverencia a la pasión de multitudes no necesariamente por ello comulgue; ya lo decía Jorge Luis Borges, y se nos ocurren algunas de las razones:
El fútbol es popular porque la estupidez es popular; es un invento postcolonial que sustituye las peleas de cuchillo.
Aquí debemos introducir a Nikola Tesla y su sintética explicación de una canalización:
La idea vino como un flash de rayos y en un instante la verdad se reveló.

Mi cerebro es sólo un receptor; en el Universo hay un núcleo desde donde obtenemos Conocimiento, Fuerza e Inspiración. No he llegado a penetrar en los secretos de este núcleo, pero sé de su existencia.
Tenemos los ingredientes, es hora de mezclar con nuestro fuego el crisol alquímico y buscar la lapis exilis.

¿Qué fue lo que canalizó Tesla? Entre otras cosas, las aplicaciones prácticas para campos magnéticos rotativos, como son motores y generadores eléctricos; en ambos casos, se trata de un eje central rotativo sobre el que se montan uno o más electroimanes; alrededor de este eje existen pares de imanes permanentes; estos imanes se encuentran con su orientación enfrentada. Si a los electroimanes centrales se les provee de energía, entrarán en conflicto con los imanes permanentes haciendo girar el eje en un sentido u otro, dependiendo de la polaridad. En cambio si se genera movimiento rotativo del eje, se producirá un diferencial de energía eléctrica por la interacción de los electroimanes contra los imanes permanentes: a mayor velocidad del eje, mayor será la energía generada y recolectada.

Es el principio a través del cual se produce electricidad, en los generadores de las represas hidroeléctricas, o la forma en que se la consume al utilizar las electrobombas o los motores en los artefactos cotidianos. Es un honor dejar las contribuciones del genial Tesla con una frase que denotaba su característica de peregrino en tierra pagana:
Si tuviera la suerte de alcanzar alguno de mis ideales sería en nombre de toda la humanidad.
¿Y el fútbol? Borges nuevamente nos persuade:
La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible.
Quizá entonces comulgase con aquella frase de las Transcripciones Cassiopaea que reza: los buenos muchachos no juegan ajedrez. (1)

Ver la realidad desde un punto de vista diferente puede —si nos esforzamos a una cierta apertura mental— proveernos de nueva información para entender de otra manera aquello que hemos asumido de manera consensuada.

Nos podríamos imaginar como imanes permanentes a las hinchadas, enfrentadas, que se repelen con la violencia primigenia; rodeando un campo de juego en donde dos equipos, como imanes dinámicos se disputan en un duelo; del tratado El Origen del Mal en el Mundo del prestigioso ex-jesuita Salvador Freixedo:
Tras muchos años hemos llegado a la inquietante conclusión de que las más poderosas de estas inteligencias suprahumanas que han contactado con las corruptas autoridades del planeta, se nutren de las sutiles energías de nuestro psiquismo, de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, de nuestros odios y sobre todo de nuestros miedos, aparte de otras energías más materiales que pueden conseguir en nuestro mundo. Con el sufrimiento y la excitación, nuestras almas producen automáticamente el tipo de sutiles energías que ellos buscan, mucho más que cuando estamos tranquilos y en paz. Esta es la razón de tantas guerras, de tanta injusticia y de tanto sufrimiento como siempre ha habido en las sociedades humanas de todos los tiempos. 

En nuestros días, la última estrategia de estos seres es la globalización de la mayoría de las actividades humanas y especialmente del deporte organizado, con la enorme influencia que éste ejerce sobre las mentes de millones de seres, y el irracional y furioso fanatismo que genera en el mundo entero con las enormes pasiones que desencadena. Un estadio abarrotado de cerebros angustiados o furiosos es una enorme batería psíquica que nos recuerda al “aroma reconfortante” que se desprendía de las bestias sacrificadas y de los ríos de sangre que el “dios” Yahvé le exigía a su “pueblo escogido.”

Los Domingos por la tarde, el planeta entero se convierte en una gigantesca fuente de energía para estos depredadores del Cosmos.
El ojo entrenado comprenderá que esto de alguna manera ya ocurrió: en la arena del circo romano, en los juegos rituales de los mayas, y acontece hoy en los mundiales, en los panamericanos, en las olimpíadas; en cualquier enfrentamiento en donde tomemos partido por uno de los pequeños electroimanes que rotan con la emoción para provocar y extraer incesantemente loosh.

Así es: una de las formas en que ordeñan emocionalmente a la humanidad. Quizá ya no sea tan evidente como la guerra, ni tan primitiva como las torturas. Es cierto, tal vez, ya no sea necesario la muerte del perdedor... suficiente con denigrar al que no ganó; del libro La Historia Oculta del Mundo del iniciado rosacruz Paul H. Koch: (2)
Ya antes, sin embargo, algunos investigadores habían descrito la abdicación de la voluntad personal ante el poder de la mayoría. Es el caso del psicólogo francés Gustav Le Bon, que a finales del siglo XIX detectó y describió con escalofriante detalle el concepto de "muchedumbre psicológica," según el cual nos gusta diluir nuestra identidad en la del grupo básicamente por dos motivos: primero, porque nos permite renunciar a nuestra responsabilidad por lo que ocurra y, segundo, porque vivimos la ilusión de ser tan fuertes como el mismo grupo.

El ejemplo más recurrido es el de los hinchas de un equipo de fútbol, que en solitario son personas amables e incapaces de dañar a nadie, y en un partido decisivo y de máxima tensión pueden acabar atacando, golpeando y hasta asesinando a hinchas del equipo rival, hipnotizados por su servidumbre al grupo.

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El modelo Wilwarin de las densidades

En el Ainulindalë se plantea un enriquecido paradigma de nuestra realidad; por supuesto, bajo un manto de cuidada mitología. John Ronald Reuel Tolkien fue un filólogo que se interesó en las historias de los seres que hablarían sus lenguas imaginarias; también se suele agregar que fue un cristiano católico; sin embargo, el ojo entrenado no dudaría en observar que fue un iniciado, y que sus libros destilan de conocimiento esotérico. Es evidente además, que el bien en su obra está en función del servicio y la entrega (el camino hacia la santidad de Frodo, la renuncia y la vida errante de Aragorn y el sacrificio de Gandalf entre otros), y en enaltecer la libre voluntad.

Cuando se plantea la Música de los Ainur asistimos no sólo a una medida de tiempo mitológica, sino a una realidad de seres que trascienden a casi cualquiera de los personajes del Señor de los Anillos. Estas entidades incorpóreas son las Potestades de la Creación, algunas inclinadas al "bien" y otras que buscan la esclavitud, la oscuridad y la ruina. Dentro de los Ainur reconocemos a los Valar como los poderes angélicos y senescales de la Creación de Ilúvatar, les siguen los Maiar espíritus menores y ayudantes de los primeros:
Con los Valar vinieron otros espíritus que fueron también antes que el Mundo, del mismo orden de los Valar, pero de menor jerarquía. Son éstos los Maiar, el pueblo sometido a los Valar, y sus servidores y asistentes. El número de estos espíritus no es conocido de los Elfos y pocos tienen nombre en las lenguas de los Hijos de Ilúvatar; porque aunque no ha sido así en Aman, en la Tierra Media los Maiar rara vez se han aparecido en forma visible a los Elfos y los Hombres.
Luego siguen los primeros nacidos, o sea, los Elfos, junto con una rama derivada de Ents y Enanos. Mientras los Ents y Elfos habitan bajo el cielo de la Tierra Media, los Enanos trabajan en Casas de Piedra. De la perversión, surgen los Orcos y los Trolls, y quizá los Enanos Oscuros. Por debajo está el Hombre, que sin embargo no posee un lado perverso separado (¿quizá se trate de un mixtusorbis?):
Creen los Elfos, sin embargo, que los Hombres son a menudo motivo de dolor para Manwë [Senescal de la Creación], que conoce mejor que otros la mente de Ilúvatar [El Todo]; pues les parece a los Elfos que los Hombres se asemejan a Melkor [Senescal de la Destrucción] más que a ningún otro Ainu, aunque él los ha temido y los ha odiado siempre, aun a aquellos que le servían.
Hay quizá unos acordes semejantes en otra octava: el modelo de Cassiopaea, que coinciden sanamente con el provisto por el Ra Material, muestra la Creación compuesta de 7 densidades:
  1. materia inanimada;
  2. fauna y flora;
  3. humanidad;
  4. seres de orientación egocéntrica por un lado, y de servicio al prójimo por otro;
  5. contemplación y administradores de realidades;
  6. administradores y consultores de universos;
  7. en unión con la Creación;
Algo que llama poderosamente la atención es que el modelo Cassiopaea sitúa en la cuarta densidad, la que se nos advierte como de fisicalidad variable (¿tal vez, al ser más sutil que la nuestra?), la necesidad de elegir entre dos orientaciones: aquella de servicio a sí mismo, que no respeta el libre albedrío, habitada por lo que la humanidad ve como Demonios, y por otro lado, entidades de servicio al prójimo; análogamente, el profesor Tolkien muestra a los Orcos (es notable donde nos lleva la raíz de la palabra orcis) como seres destructores y violentos, y en la orilla opuesta a los edénicos Elfos.

Debemos invitar ahora a otro curioso investigador, quien horadó el velo de las densidades a través de la radiestesia: Thomas Charles Lethbridge, un arqueólogo inglés que por más de treinta años ocupó el cargo de director de excavaciones en la Sociedad de Antigüedades de Cambridge. En una de sus anécdotas comenta que para evitar la espera del datado de piezas históricas, comenzó a utilizar el péndulo y a constatar que una vez obtenidos los análisis, las fechas coincidían con rangos bastante aceptables.

Fue en aquel entonces que se interesó en el uso del péndulo y de la radiestesia desde una óptica científica, elaborando un modelo en el cual se entendía al péndulo como una extensión física de la mente; en sus palabras (The Power of the Pendulum, capítulo III):
El péndulo pareciera lograr contactar a uno con algo que conoce [más allá de los cinco sentidos]. En un principio fui reticente a confiar en este procedimiento, aunque trabajé duro y experimenté incesantemente. Ahora, cuando constaté que el péndulo efectivamente funcionaba, entonces un nuevo punto de vista de la realidad emergió.
Es notable que el péndulo parece reaccionar tanto con cosas concretas como con ideas abstractas [...] Se podría describir a la radiestesia como los "rayos de pensamiento:" lo que pareciera ser análogo a una onda emanada de un radar formada por los propios pensamientos que cuando el péndulo oscila es que este onda ha detectado una obstrucción (el objeto que se pensaba), y se ha reflejado sobre el patrón mental el cual se proyecta en el sistema nervioso.
En este sentido, los movimientos ideomotores que se reflejan en la oscilación del péndulo coinciden con la frecuencia mental del objeto o idea en la que se piensa; la longitud de la cadena debe estar en sintonía con la idea que se persigue; experimentando con diferentes longitudes, Lethbridge se topó con lo que denominó un nuevo segmento de la espiral de la realidad, la cuarta densidad:
Por el momento quizá sea suficiente con decir que la vida en el siguiente nivel es tal vez cuatro veces más rápida que en nuestra realidad física, y aparentemente el tiempo no es una restricción.
Y hay algo que queda claro: si mi razonamiento es correcto, ningún ser humano tiene la frecuencia de vibración necesaria como para percibir las entidades o eventos que en los planos superiores acontecen. Se puede suponer que toman partido en un espectro ajeno a la realidad física. [...] Tal vez, con capacidades mediúmicas se pueda atravesar el velo de a momentos, pero requerirá un incremento dramático de la frecuencia vibratoria.
Lethbridge no sólo identificó a la cuarta densidad como el siguiente anillo de la espiral al que atribuye como destino general cuando se duerme o al que se accede para tener una visión profética, sino también dos niveles superiores: el tercer anillo (la quinta densidad) al que posiblemente se acceda al morir, y otro aun más alto que no pudo comprender en su totalidad (la sexta densidad); intentó continuar probando pero no pudo determinar qué había después de este último anillo de la espiral.

Curiosamente, el Material Ra y las Transcripciones Cassiopaea describen la quinta densidad como de contemplación por el hecho de ser el estado de consciencia al desencarnar; el profesor Tolkien hace hablar al Rey Thorin sobre los Salones de Espera, y en el Silmarillion se nos comenta que son los Valar: Mandos y Nienna, los senescales de estos parajes, que se encuentran en el Reino Bendecido (el plano espiritual); recordemos que es allí donde van los Elfos cuando mueren, para luego reencarnar.

Es de la sexta densidad de donde aparentemente provienen las fuentes de canalización Cassiopaea y el Material Ra; se la describe habitada por seres complejos (conjuntos de consciencias) omniscientes, cuya tarea es diseminar Conocimiento al resto de la Creación; el gnosticismo las denomina como Eones o divinidades plerómicas (de la palabra pleroma cuyo significado es abundancia, en el Material Seth pueden entenderse como las Gestalts de energía primarios o como los Arquetipos jungianos): seguramente, la analogía con las Potestades Creadoras o Ainur, sirvientes bajo la égida del Único, es notable.

La manipulación de la información en las realidades entrópicas

Hay algo interesante sobre la Verdad; si podemos asegurar su existencia, entonces toda Realidad estaría incluida en ella. En el Modelo de la Probabilidad y Estadística de Kolmogorov, el 1 es la Verdad; aquellos valores que nos brinden alguna información, al volver a acumular a todos ellos, se debe obtener nuevamente el 1; se conoce esto como función de probabilidad acumulada.

Existen ciertos paradigmas esotéricos de entendimiento que coinciden en utilizar un enfoque parecido: sostienen también que la Realidad (por ejemplo lo que denominamos como realidad física) se encuentra incluída en un conjunto de realidades posibles, y todas ellas forman la Verdad. Mientras la Verdad es única pero plural, las Realidades pueden ser variadas, incluso se proporciona tanta libertad que la Verdad puede ser ignorada o incluso rechazada; en este contexto, una definición adecuada -casi académica- de manipulación de la información podría ser la administración de datos que serán utilizados en la eventual toma de decisiones, para lograr conductas o comportamientos; en este sentido, Philip K. Dick nos recordaría que:
El instrumento básico para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si puedes controlar el significado de las palabras puedes controlar a la gente que utiliza esas palabras.
¿Adónde pretendemos llegar? Las Realidades requieren ser administradas, y por supuesto, como existe Libertad, también pueden ser manipuladas para ser explotadas en beneficio último de determinados administradores. Ahora bien, como cualquier administrador de redes o de consorcios sabe, para administrar (o explotar) es necesario tener usuarios o propietarios a quienes administrar (o explotar). Podríamos poner un poco de orden y ver que: Verdad > Realidades > Administradores > Usuarios; análogamente, podemos ver que si estamos en una realidad entrópica tendríamos: Verdad > Realidades > Explotadores > Explotados.

Es curioso, pero al haber Libertad podría parecer difícil para los Explotadores hallar candidatos para ser explotados; una buena forma de remediarlo sería la de ofrecer una serie de compensaciones que a los incautos les llamara la atención, o utilizar una agresiva campaña de desinformación presentando la realidad de una forma agradable para el ignorante; en cualquier caso, la pauta es ocultar la verdad o parte de ella: el publicista Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, sostenía la siguiente idea para una efectiva manipulación piramidal: (1)
Toda la base de la propaganda exitosa es tener un objetivo y luego tratar de llegar a él a través de un conocimiento exacto del público y modificar las circunstancias para manipular y dirigir a ese público. Pero está claro que son las minorías inteligentes las que necesitan hacer uso de la propaganda continua y sistemática [...] Pequeños grupos de personas pueden hacer, y de hecho lo hacen, que el resto de nosotros pensemos lo que ellos quieran acerca de un tema determinado.
Una forma astuta de presentar una realidad entrópica sería agregar una jerarquía de Explotados; por ejemplo, en base a su nivel de conocimiento de la realidad en Avanzados > Experimentados > Principiantes, y a su vez ocultar la presencia de los Explotadores; de esta forma, se propiciaría la explotación en los escalones inferiores, algo de lo que los Explotadores obtendrían un beneficio secundario; a su vez, el hecho de ocultar la Verdad, haría muy difícil para los Explotados, aun los Avanzados, darse cuenta de su precaria situación; para enfatizar nuestra postura, invitamos a las incómodas palabras del filósofo John Baines:
Si fuéramos dioses perversos o expoliadores inmorales, no podríamos idear nada mejor para hacer trabajar tranquilos a un grupo de esclavos que hacerles creer por medio de hipnosis colectiva que son felices e importantes. Contaríamos con perfectos autómatas de protoplasma que laborarían incansablemente produciendo aquello que a nosotros nos interesara. Por añadidura, estos robots se fabricarían y mantendrían a sí mismos.
Esta idea de comparar a la humanidad con enceguecidos o dormidos robots obedientes no debería sonarnos tan irreal, más allá de lo desagradable y peyorativo de tal perspectiva. Proponer el siguiente pasaje puede ayudar a rasgar los vestigios del velo que cubren los somnolientos ojos, aunque quizá se intente mirar hacia otro lado o cubrir con una mano temblorosa la desasosegada visión del verdadero papel que ocupamos en el universo: (2)
Cierto cuento oriental habla de un mago muy rico que tenía numerosos rebaños de ovejas. Este mago era muy avaro: no quería contratar pastores, y no quería cercar los prados donde pacían sus ovejas. Las ovejas se extraviaban en el bosque, se caían de los barrancos, se perdían, y sobre todo se fugaban cuando se aproximaba el mago, porque sabían que él quería su carne y su piel. Y a las ovejas esto no les agradaba.
Por fin, el mago encontró el remedio. Hipnotizó a las ovejas y les sugirió primeramente que eran inmortales, y que no les haría ningún daño el ser despellejadas, que al contrario este tratamiento era excelente para ellas, y aun agradable; luego el mago les sugirió que él era un buen pastor que amaba mucho a su rebaño, que estaba dispuesto a hacer toda clase de sacrificios por él; en fin, les sugirió que si les llegase a suceder la menor cosa, eso no ocurriría en ningún caso ahora, ese mismo día, y que por consiguiente no tenían que preocuparse.
Después el mago les metió en la cabeza que de ninguna manera eran ovejas; sugirió a algunas que eran leones, a otras que eran águilas, y a otras que eran hombres o que eran magos. Hecho esto sus ovejas no le causaron más molestias ni preocupación. No se escapaban más, esperando por el contrario con serenidad el instante en que el mago las esquilara o las degollara.
¿El verdadero ziggurat alimenticio?
Algunas perdidas enseñanzas, en particular las gnósticas, coinciden en denominar a los Explotadores como los Arcontes; los explotados serían la humanidad, la fauna y flora, y el planeta mismo: modelos marginales de entendimiento proponen denominar densidades a los anillos de consciencia; desde una perspectiva informática, una definición de consciencia sería la capacidad de procesar información para la toma de decisiones.(3)

La realidad física sería una manifestación de la quinta densidad, mientras que los Arcontes ocuparían la cuarta densidad explotando a la tercera y segunda densidad. La humanidad, en su tercera densidad, dominaría a la primera y segunda, y así sucesivamente.

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