- responder a estímulos externos;
- mantener y regular sus procesos internos;
- capacidad reproductiva (células) o replicante (virus).
Existe lo que podría denominarse como un salto tecnológico entre los átomos y moléculas, como entre éstas y las células. Es posible tentarse y tomar este salto de continuidad como una medida de probabilidad, o mejor aun, de información; Bronte Baxter nos comenta en su artículo sobre Realidad y Pensamientos:
El ojo entrenado quizá distinga algo importante.
Por supuesto, es más fácil ver la consciencia en los animales o en el hombre que en las plantas... el notable profesor en filología John Ronald Reuel Tolkien y sus Ents tendrían algo que decir al respecto. No obstante, siendo objetivos y utilizando la definición de consciencia como la capacidad de procesar información, podemos asegurar, sin que ningún científico ortodoxo se espante demasiado, que las plantas tienen un nivel de consciencia: procesan información sobre la humedad del suelo, la dirección y ángulo de la luz, el tiempo estacional, la temperatura y la gravedad. ¿Tal vez perciban aun más cosas?
Bien, pero luego de los saltos de información de animales a humanos, ¿quedará 'algo' más? Es posible. ¿Y la muerte? Es curioso que esto no hubiese sido contemplado desde un principio; al fin y al cabo la muerte pareciera tratarse de un natural salto de información entre saltos de niveles de información más profundos, pero nada más que eso; del libro Secrets of the UFO, del ingeniero Don Elkins:
La física cuántica ha descubierto que la materia no es sólida, su apariencia es meramente una ilusión. La materia se compone de átomos, que no son combinaciones corpusculares y vibratorias, como los científicos creyeron una vez; resulta que los átomos son pura vibración.
Así que el mundo físico es pura vibración, que aparece como sólido como aquella analogía de las aspas de un ventilador que aparecen sólidas cuando se desaceleran, pero son difusas cuando giran. Si la materia es vibración, ¿qué es lo que está vibrando? Al parecer, el vacío [¿o la gravedad?]; pero si está vibrando, ese vacío debe ser energía; y debido a que vibra en formas organizadas, entonces debe ser inteligente.
Entonces, la energía inteligente es la materia de la creación, el poder que subyace en todas las cosas que existen: la conciencia, bien puede ser un nombre para la energía inteligente, mientras que un movimiento sutil en la conciencia se puede entender como un pensamiento; el pensamiento da lugar a cambios en la materia. [...]
Además de moldear la realidad, los pensamientos pueden crear la realidad "de la nada." Un ejemplo de esto se da cuando se inventa algo que nunca se ha pensado o sentido antes: una sinfonía, una teoría, una relación ... [...] El pensamiento es el aspecto creativo, y la materia el aspecto receptivo, de una misma Conciencia.Este 'algo' inteligente (llamese energía, consciencia o Gravedad) se encuentra demasiado próximo y ha acompañado a los átomos desde su forja en los hornos estelares, acunándolos en la niñez mientras conocen otros compañeros, amistades y eventualmente generan su familia de moléculas. Con el tiempo o más bien a través de este 'algo' las moléculas se gradúan en la unidad fundamental de la vida orgánica: la célula; la célula a su vez puede (¿quizá elige?) entre ser un heterótrofo (célula animal: organismo que obtiene energía de otro organismo) o autótrofo (célula vegetal: organismo que fabrica su propio alimento).
El ojo entrenado quizá distinga algo importante.
Por supuesto, es más fácil ver la consciencia en los animales o en el hombre que en las plantas... el notable profesor en filología John Ronald Reuel Tolkien y sus Ents tendrían algo que decir al respecto. No obstante, siendo objetivos y utilizando la definición de consciencia como la capacidad de procesar información, podemos asegurar, sin que ningún científico ortodoxo se espante demasiado, que las plantas tienen un nivel de consciencia: procesan información sobre la humedad del suelo, la dirección y ángulo de la luz, el tiempo estacional, la temperatura y la gravedad. ¿Tal vez perciban aun más cosas?
Bien, pero luego de los saltos de información de animales a humanos, ¿quedará 'algo' más? Es posible. ¿Y la muerte? Es curioso que esto no hubiese sido contemplado desde un principio; al fin y al cabo la muerte pareciera tratarse de un natural salto de información entre saltos de niveles de información más profundos, pero nada más que eso; del libro Secrets of the UFO, del ingeniero Don Elkins:
Por lo tanto, aunque difícil de probar, en mi esquema de las cosas, los fenómenos OVNI parecen encajar como el principio básico de que el cuerpo físico no caracteriza la vida, sino más bien que la Conciencia significa vida, y que la conciencia existe en un continuo de realidad que incluye lo que hoy conocemos como Vida y Muerte. Cuando cesan los actividades orgánicas, todavía existe esa conciencia en una realidad permanente, habiendo pasado meramente a una densidad más ligera de existencia.Existen innumerables experiencias (N)DE con un nivel decente de uniformidad de criterios de lo que se observa y percibe, suficientes para cubrir dos delta de varianza de la Campana de Gauss (en oscasiones, basta un delta para que se aprueben medicamentos); del libro The Siren Call of Hungry Ghosts del autor e investigador Joseph Fisher:
[la] consciencia alterna no está sólo consciente del plano físico terrestre, sino también de otros planos... No está sujeta a las ponderaciones del espacio-tiempo que se tiene durante la existencia física. Está sujeta únicamente al tiempo y centros de evaluación de la mente misma. Siempre permanecen; y nunca cesan. Una vez que el cuerpo cesa sus funciones, la mente no se detiene... sólo la mente consciente es apagada y detenida hasta que es posible su renovación en una nueva entidad.
Allan Kardec, el famoso investigador y pedagogo francés quizá nos pueda brindar una interesante pista; veamos, el logró obtener nueva información a través de experimentos de comunicación con "espíritus" (es paradójico pensar que antiguamente e incluso hoy en día, se cree que todo ser no encarnado era un espíritu de un muerto, y no un ser avanzado de otra densidad). Ahora bien, de acuerdo a la Teoría de la Información el hecho de obtener nueva información implica la existencia de una fuente.
Podríamos (aunque el científico ortodoxo podrá catalogarlo válidamente como argumento ad ignorantiam) suponer un cierto grado de verdad en lo que afirma la fuente, como supuso el astrónomo Camille Flammarion al estudiar a Kardec y proponer la Pluralidad de los Mundos Habitados.
Quizá, y sólo quizá, la consciencia de la vida orgánica, más allá del aspecto físico (o la necesidad de vestimenta y sustento), sea real y efectivamente posible; tal vez la magia o la ciencia (al fin y al cabo es tan sólo ver las cosas desde un punto de vista nuevo) sea entender a las consciencias como espíritus y viceversa; en las palabras del prestigioso astrofísico y doctor en informática Jacques Vallée:
Si el mundo que nos rodea es una realidad de sucesos informacionales, las manifestaciones simbólicas que rodean los informes sobre OVNI/UFO deberían ser vistas como un factor importante.
Si consideramos el mundo físico como un universo asociativo de acontencimientos informacionales, la consciencia ya no es una simple función local del cerebro humano.
En lugar de eso, propongo definir la consciencia como el proceso a través del cual se extraen y se examinan las asociaciones informacionales. La ilusión del tiempo y del espacio sería un simple efecto secundario de la consciencia cuando examina las asociaciones.
Desde la vista encumbrada en la que nos permite alzarnos el doctor Vallée, nos atrevemos a proponer: ¿una posible definición de vida, no restringida necesariamente a la orgánica que conocemos, pudiera ser aquello que genere nueva información?
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