Los Exorcistas de Tolkien

Hay algunos sucesos curiosos en el magnum opus del filólogo John Ronald Reuel Tolkien que el ojo entrenado habrá quizá percibido en la penumbra: El Señor de los Anillos frecuenta asiduamente el problema de la posesión demoníaca; tal vez porque no sea el tema principal de la obra (¿o si? acaso no se exorcisa a un demiurgo que parasita la Tierra Media) ni se presente de forma tan macabra como en la obra de William Blatty; sin embargo, hay dos claros procesos de exorcismo llevados a cabo por los héroes arquetípicos del relato: el mago peregrino Gandalf y el señor de reyes Aragorn.

Pero antes que nada deberíamos intentar plantearnos qué es un exorcismo... si analizamos la raíz de la palabra, vemos que proviene de ex: sacar fuera y de orcis: demonio (de la misma raíz proviene la palabra orco); esto nos llevaría a plantearnos una hipótesis forteana de la existencia de entidades demoníacas, y que además puedan parasitar el subconsciente humano.

El lector habituado a esta colección, no tendrá demasiados cuestionamientos en comprender la naturaleza de un demonio: un ser de consciencia superior a la humana que ha elegido el servicio egocéntrico. ¿Un demonio es malo? En realidad, los términos 'bueno' y 'malo' son totalmente subjetivos; es evidente que con relación a la humanidad un demonio es tan 'hostil' como una vaca, chancho o cucaracha puede considerar a un ser humano. Parece curioso pero conocer el verdadero estrato que ocupamos en la cadena alimenticia puede causar cierta conmoción, al perder la infantil ilusión de creernos la raza soberana; del primer volumen de la colección The Universal Seduction:
Los Grises trabajan para los Reptilianos, y guardan en común ciertas características con los humanos a los que abducen. Han sido usados por los Reptilianos como intermediarios, haciendo su trabajo y exponiéndose frente a nosotros en su lugar. A los Grises consecuentemente se los refiere como la fuerza de choque.
Algunos Reptilianos devoran seres humanos al igual que nosotros comemos pollo. En los Estados Unidos hay rumores de grandes salas de almacén de alimentos subterráneas llenas de cuerpos humanos preservados. En algunos casos el rumor menciona que los cuerpos son de niños; pero no sólo devoran niños sino también adultos.
Los Reptilianos prefieren la carne tierna de los niños, porque al parecer no están envenenadas con sustancias como cafeína, nicotina, alcohol u otras cosas de los que los adultos están saturados. Es cierto entonces que los Reptilianos apenas si nos consideran como seres vivientes, pero eso sí, nos consideran ganado valioso.
Los exorcismos son generalmente vinculados con la religión católica, pero en realidad todos los sistemas de creencias poseen rituales o procesos equivalentes: en el espiritismo encontramos el proceso de desobsesión donde un obsesor sería una clase de demonio menor (es notable que en la lengua castellana usemos la expresión estoy obsesionado cuando no podemos dejar de fijar nuestros pensamientos o emociones); en culturas que en occidente caratularíamos como primitivas, el shaman u hombre santo es el encargado de interceder como facilitador entre el mundo de los espíritus y su paciente; la religión judía posee rituales contra los dibukim, entidades semejantes a los djinns árabes (también conocidos como genios).

Como aquella famosa frase: así en la Tierra como en el Cielo, así en lo Físico como en lo Etérico. En la medicina tradicional, organismos como virus, bacterias o parásitos pueden enfermar a un hombre... aunque también un animal feroz o incluso otro humano puede atacarlo y poner en peligro su vida. En el plano etérico parece ocurrir algo semejante: no sólo hay parásitos u obsesores —de menor nivel de consciencia al humano— sino también descarnados con un nivel de consciencia similar y otros con un nivel de consciencia superior: los llamados Grises o 'Grays' y los Reptoides (o Reptilianos, de ahí la asociación de un reptil con la serpiente edénica, o la imagen mítica del Dragón con los escamosos y traicioneros demonios medievales: los súcubos e íncubos que los ufólogos modernos no han tardado en asociar con la fenomenología de Visitantes de Dormitorio).

Volviendo a los relatos del profesor Tolkien: aquellos que están capacitados para realizar un exorcismo son los personajes de consciencia superior que, aunque encarnados en humildes vestimentas, logran ver los reinos sutiles y la superimposición de consciencias oscuras, como cuando Gandalf cura al Rey Théoden de Rohan, curiosamente obsesionado por Grima, Lenguaje de Serpiente; no obstante, aquí vemos la mano larga de Saruman, un mago convertido en brujo capaz de invocar entidades que vampirizaban al viejo rey, extrayéndole las ganas de vivir.

Neo en Matrix, despierta
en la crisálida
Los prestigiosos pensadores Gurdjieff, Ouspensky y Mouravieff coincidieron en comparar al ser humano con un robot: un ser mecánico: un hombre dormido, como Neo yaciendo en aquella siniestra crisálida; y esta postura es también compartida por el magisterio tibetano: Sogyal Rimpoche calificaba a la humanidad somnolienta como inconscientes cadáveres vivientes; parte de nuestro sueño se sustenta en el condicionamiento social bajo el sistema de creencias estándar que alienta a esta narcolepsia en dosis de estupefacientes —en su mayoría endógenos— para evitar contrastar el oscuro escenario por donde transita nuestra gregaria vida, planificada y controlada por un inorgánico pastor astuto; en las palabras de Carlos Castaneda:
[...] Vieron también que existen conglomerados de energía animada vibratoria que tienen cohesión propia, libre de las ataduras de un organismo. Los llamaron seres inorgánicos, y los describieron como cúmulos de energía cohesiva, invisible al ojo humano, una energía que es consciente de sí misma y que posee una unidad determinada por una fuerza aglutinante diferente a la fuerza aglutinante de un organismo.
Ocurre que los parásitos etéricos, ya sean de menor, igual o mayor nivel de consciencia requieren para subsistir de la energía vital de sus víctimas; estas entidades drenan incesantemente el destilado emocional humano, conocido como loosh; en palabras de Don Juan:
[...] ordeñan la capa brillante de conciencia, convirtiendo al hombre en un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil.
Sin embargo, Gandalf carece del poder suficiente ante el Hálito Negro, aquella infección del alma fruto del Rey Brujo de Angmar, que dejaba a las víctimas en un sueño profundo hasta que morían; hay quienes ven en los Jinetes Negros a los Reptilianos cuando se proyectan en la realidad física: altos seres nefastos y oscuros, envueltos en capas funestas, efigies reptantes del sufrimiento y del dolor, que inyectan su propio miedo mortal, codicioso de la luz vacilante, en una consciencia ignorante o debilitada a la que devorar.

Pero es Aragorn, quien victorioso de haber enfrentado en la piedra de Orthanc el poder demiúrgico de Sauron, puede ahora exorcisar a Meriadoc, a Faramir y a la Dama de Rohan y efectuar la liberación de sus almas que, como un shamán experimentado, agitando los perfumes de la hierba de los reyes o Athelas en el caldero (¿quizá una pista difusa hacia el Grial?).

3 comentarios:

gabriel dijo...

Hola Ranandiro, antes que nada agradecer por el trabajo que realizan.
Me estoy poniendo al día con el blog y me parece muy bonito a la vez que informativo.
Les cuento una que me pasó una vez en pleno ataque/delirio místico: Me fui a quedarme en las inmediaciones de una iglesia y por la noche apareció una persona sucia y desprolija, me dio miedo y tuvimos una conversación. me preguntó ¿que hacia?, -yo, ¡estoy con dios!, y ahi nomas le pego una piña a la pared de piedra de la iglesia; luego se calmó. entre las cosas que me dijo me quedo picando una frase "somos mas viejos que la piedra"

ranandiro dijo...

Gracias por comentar.

Su relato coincide con un capítulo del libro The Demon Syndrome de Nancy Osborn, cuando la protagonista: Ann Haywood, recibe una conglomeración de extraños personajes en su vivienda, rápidamente ahuyentados por "La Señora," una presencia vampírica que se había adosado a Ann; este ser nefasto le indica a la protagonista que ella siempre estará para protegerla (dado que Ann es su fuente de alimento).

Comentamos al respecto en el segundo avance de parásitos etéricos.

gabriel dijo...

Muchas gracias leí alguna pequeña reseña sobre ese libro. eso si me costo bastante volver a estar entero. me llevó un par de años.