Mi tesis, para resumirla brevemente, es que en el terreno de los encuentros extraordinarios, ver es destino. Lo que vemos con la visión imaginal es una representación de nuestro medio ambiente futuro. Y cuando digo medio ambiente futuro no estoy hablando de ningún supuesto mundo después de la muerte (aunque no estoy negando eso tampoco). Lo que quiero decir es que se convertirá en nuestro escenario medioambiental antes de la muerte.Aquí podríamos dar rienda suelta a nuestra curiosidad y preguntarnos si este profesor emérito en psicología de la Universidad de Connecticut ha estado consultando alguna fuente no localizada de información, acaso semejante a las canalizaciones Cassiopaea, ya que asombro esotérico mediante, es extremadamente similar al proceso de ascención a cuarta densidad que se propone en dichas transcripciones.
Hemos hecho algún comentario sobre esta posible ascención, así que nos centraremos en este mundo imaginal, hiperdimensional o etérico. Ahora bien, el científico ortodoxo nos criticará que estamos hablando sobre temas marginales, con métricas inexistentes y eventualmente teórico-conceptuales, y que la filosa navaja de Ockham vendrá a cercenarnos cualquier intento de proponer algo que nos permita expander el actual paradigma anquilosante academicista.
Coincidimos con el corte quirúrgico contra teorías disparatadas, pero sólo si hemos considerado debidamente todas las posibilidades. ¿A qué nos referimos? El principio de economía de Ockham es similar en la teoría de grafos a la búsqueda del camino más corto; este algoritmo, cuando no se trabaja con heurística, requiere que se conozcan todos los nodos del grafo: es la única forma de asegurarse que el camino sea verdaderamente el más corto, y no aparezca más tarde otro circuito de menos nodos porque se obvió un puente; (1) nuevamente en palabras del doctor Ring:
En efecto, el mundo de los muertos y el mundo de los vivos son tales que entre ellos puede que, eventualmente, ya no haya una distinción bien marcada. [...] En resumen, creo que la fascinación, cada vez en aumento, por los encuentros extraordinarios [refiriéndose a los Encuentros Cercanos a la Muerte y Encuentros con Ovnis], así como la inmersión en sus dominios, puede estar presagiando perfectamente la chamanización de la humanidad moderna.Este puente oculto entre el mundo de los muertos y el nuestro que no consideramos en nuestra realidad humana es la cuarta densidad. Algún espíritu inocente podrá plantearse la pregunta ¿en qué me puede afectar algo que no puedo percibir o siquiera concebir? Como respuesta vaga podríamos insinuar: ¿cuánto cree que le ha afectado la suerte en su vida? John Baines nos incitaría a evaluar la suerte como aquella componente exógena que el computador central impone en la vida del individuo: a algunos los beneficiará y a otros los perjudicará, pero siempre en función del beneficio último de los constructores del gran computador. Así que la única forma de detener el azar y retomar el control de nuestra existencia es cortando la conexión; en términos de Castaneda, desprenderse de la instalación foránea: el programa cliente que reside y que se ejecuta en nuestra mente y que se conecta permanentemente con el servidor central del sistema de control.
Así parece ser la dura realidad: el humano promedio es una computadora biológica, corriendo diferentes procesos reactivos, robots programados para obedecer un servidor central en manos de hackers del alma que atesoran la energía emocional emanada de un ganado ignorante que pastorea las sobras de una libertad animal enrarecida. (2)
En algunos casos, no estaría muy lejos comparar nuestra actual realidad humana con algún cuento de H.P. Lovecraft... pero es cierto el dicho que reza: sólo en la oscuridad el hombre pierde su sombra, y es en este mixtusorbis terrenal, donde aquellos que así lo eligen puedan limar las asperezas del alma, pulir la Piedra y prepararse para el momento en que se arree el ganado hacia el matadero, pues será el momento preciso para intentar volver a casa, en las proféticas palabras del doctor Ring:
Creemos que hay mucho que podemos asociar con estas palabras; algunos datos de color nos proporcionaría la Tierra de Fantasía de La Historia Sin Fin del escritor alemán Michael Ende, el ejercicio ininterrumpido en su subcreación del profesor Tolkien y sin lugar a dudas las palabras de Neville Goddard:Habremos de tener un nuevo mundo consensual, pero no tendrá nada que ver con los sentidos. En su lugar será el resultado de una capacidad expandida, por parte de los seres humanos, para la visión imaginal. Y lo que eso querría decir es, ni más ni menos, lo siguiente: la humanidad sería conducida de regreso a su verdadero hogar en el reino de la imaginación, donde sería liberada para vivir en un tiempo mítico y dejar de verse condenada a vivir encarcelada en el tiempo histórico.
Keys to Imagination
portada en la obra de Yanni
Aprende cómo usar el poder de tu imaginación, con amor, en beneficio del prójimo, por que el Hombre se está moviendo hacia un mundo donde todo está sujeto al poder de su imaginación.
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