Profundizaremos un poco más presentando la EEQT (Event Enhanced Quantum Theory); leemos en La Historia Secreta del Mundo (Capítulo XII, página 777):
[La Teoría Cuántica Mejorada por Eventos] parece describir el fenómeno físico más correctamente que la mecánica cuántica ortodoxa o cualquiera de sus teorías rivales (mecánica Bohmiana, GRW, etc).
Llamando a nuestro universo material "el sistema," lo que hemos aprendido de la EEQT se puede resumir de la siguiente manera: el sistema siempre se caracteriza por un cierto "estado." Resulta útil representar el estado del sistema como un punto sobre un disco. El punto central del disco, que corresponde a su origen, es el estado de caos, que también podríamos describir como "Potencial Infinito." Los puntos en la orilla representan "estados puros" del Ser, es decir, estados de "conocimiento puro no enturbiado." Entre uno y otro extremo existen muchos estados mixtos. Entre más cercano se encuentra un estado a la orilla, más puro y "organizado" es.
Ahora bien, un "observador" externo, una "unidad de consciencia," puede tener una idea -quizá exacta, quizá falsa, o bien solo parcialmente exacta- del "estado real" del sistema, y observaría el sistema con esa "creencia" suya acerca del mismo. La observación, en caso de ser prolongada, es capaz de causar un "salto" en el estado del sistema. [...]
De acuerdo a la EEQT, si las expectativas del observador están más cercanas al verdadero estado del sistema, el sistema salta, con mucha mayor probabilidad, en dirección de un estado más organizado y menos caótico.Parece haber algo interesante en esta teoría: en primer lugar nos informa que es posible derivar Orden a partir del Caos al observar el Caos tal y como es, sin pretender que sea algo diferente; (1) si poseemos Conocimiento objetivo hay baja probabilidad de que un acontecimiento nos sorprenda, interfiera o incluso nos ponga en jaque.
En segundo lugar, coincide con los modelos probabilísticos, en especial con la teoría matemática provista por Kolmogorov y sobre todo con la probabilidad condicional, ya que el resultado de un suceso parece depender del Conocimiento del Observador sobre el mismo (¿podríamos arriesgar que el grado de Conocimiento condiciona la Realidad?); y por último, susurra cómo es posible, desde nuestro humilde peldaño de la tercera densidad, establecer procesos creativos o correctivos dentro de la fábrica de la realidad: por un lado, al maximizar el conocimiento exterior se logra disminuir la incertidumbre sobre los eventos exógenos, y por otro, el enfoque mental positivo se edifica sobre una confianza y conocimiento interior. Leemos de Bronte Baxter en su brillante artículo sobre Realidad y Pensamientos:
Cuando se tiene un deseo, ese pensamiento envía un pulso a través del tejido de la creación. El deseo vibra en el éter o conciencia energética, de la que todo [lo corpuscular] está hecho. Ese deseo atrae lo que sea necesario para materializar el pensamiento, porque el pensamiento es dinámico y magnético. Entonces, ¡presto! El deseo se convierte en la realidad experimentada.Este importante comentario, sobre el hecho de que podríamos estar creando nuestra realidad en piloto automático, debería hacernos reflexionar en las profundas consecuencias que acarrean los sistemas de creencias implantados por medio de una velada coerción patriarcal durante la niñez, y sobre todo, si hemos introyectado al impune dictador que nos cercena de establecer procesos creativos para vivenciar emociones positivas.
Este poder de la conciencia, del deseo y pensamiento que se manifiestan en la forma, es lo que nos convierte en co-creadores con el Infinito. La manifestación de los pensamientos en la realidad ocurre de forma automática, si tenemos o no la intención. Contemple la gente que conoce y cómo sus vidas exteriores reflejan sus actitudes (que son la suma de sus pensamientos).
Podemos crear la realidad ya sea en piloto automático, con pensamientos aleatorios indiscriminadamente, o podemos optar por ser conscientes de cómo pensamos y hacer que la aplicación del trabajo consciente cumpla nuestros deseos más preciados.
¿Pero entonces qué es Conocer? Más allá de la definición usual, Conocimiento es el grado de certidumbre (certeza o verdad) que poseemos en nuestro Ser sobre la Creación; cuando realmente conocemos algo y lo aplicamos, opera un cambio en nuestro ser: es decir, crecemos en consciencia.
Finalmente es posible plantear una analogía con la Teoría de la Información del notable Claude Shannon (que curiosamente vimos hace tiempo que Información, Conocimiento y Verdad están íntimamente relacionados); esta teoría del prestigioso matemático, sobre la que se basan los protocolos de Internet y varias aplicaciones informáticas, sostiene que en la entropía de una fuente los códigos con menor probabilidad son los que aportan mayor información.
¿Y qué significa esto? Una buena aplicación práctica de la teoría de Shannon son los compresores de archivos; si observamos el procesamiento durante una compresión, veremos que durante el inicio del proceso la curva de datos (entropía) se incrementa mientras el compresor aprende (es decir, toma conocimiento sobre la fuente o archivo); llegados al promedio de la operación, se aprecia que la entropía se ameseta: el autómata del compresor ha generado una base de conocimientos suficientemente amplia y hay poca información nueva que codificar.
La analogía entre el aprendizaje que realiza un procesador es semejante al que realiza una consciencia.(2) La gran diferencia es que dicho autómata no puede entender, es decir, no puede incorporar dicho conocimiento a su base persistente de datos, y debe volver a aprender desde un inicio en cada proceso.(3) La consciencia, en cambio, podría verse como un organismo semejante a una célula orgánica que fagocita experiencias e información y, de acuerdo a su orientación, elige transportar y compartir el producto de su procesamiento, es decir Conocimiento, con sus pares o bien aislarlo para beneficio propio.
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