Desde luego no deseamos generar una disonancia cognitiva, pero debemos ofrecer un atisbo de los mecanismos con que el Cerco del Mago Astuto hace trastabillar los pasos de los que franquean fuera de sus sendas permitidas, y en esto no lo dudamos: el clavo que resalta es el primero en recibir el martillazo.
Los caminos de ingreso a los estudios rosicrucianos transitan por la reflexión y la lentitud necesaria para conocerse a sí mismo; esto se debe a que en la marisma de los parches de samskaras del alma, se encuentran la puerta de ingreso a través de la cual nos hackea el sistema de control. ¿Se nos permite hacer una graciosa analogía con la informática: acaso no ocurre lo mismo en los sistemas desactualizados y de lo que existe poca documentación? Todo lo que permanece en oscuridad genera y atrae parásitos; exponer a la luz de la comprensión y del análisis, o si se prefiere, traer a la luz de la consciencia, desarticula la conducta parasitaria, convirtiéndola en un aliado del Ser Esencial.
El proceso de ordeñe del sistema de control se basa en la generación de sucesos que desestabilicen emocionalmente al sujeto; estos pueden clasificarse en dos tipos: intensos o extensos, de acuerdo a su duración y la concentración del vector de ataque. Dion Fortune no habría dudado en afirmar que un ataque psíquico exógeno, esto es, de origen no humano, tiene como objetivo vulnerar los mecanismos de defensa de la víctima y lo que esto acarrea es la generación de loosh —que bien podríamos entenderlo como la sangre emocional, alimento de los vampiros psíquicos que rigen el plano físico— como producto residual de la úlcera emocional; en su libro Autodefensa Psíquica nos identifica sin tapujos a los seres preadámicos o cuaternarios, las extensiones humanas del sistema de control (cap. VII: La patalogía de los contactos no-humanos):
Hay muchos de nosotros que han encontrado a gente que podría muy bien ser descrita como no-humana, sin alma, en cuanto que los motivos humanos ordinarios no operan en ellos, ni los sentimientos humanos ordinarios les impulsan o inhiben. No podemos sino amarlos, porque tienen gran encanto, pero no podemos sino temerlos también, pues esparcen una infinitud de sufrimiento alrededor suyo. Aunque sean raramente deliberadamente malos, son singularmente detrimentales para todos aquellos con los que entran en contacto. Ellos, por su parte, son infelices y solitarios en medio de nosotros. Se sienten ajenos y sin compañía; la mano de todo hombre está contra ellos, y en consecuencia demasiado a menudo sucede que su mano está contra todo el mundo y desarrollan una traviesa malevolencia, aunque raramente hacen el mal calculadoramente. Gratitud, compasión, buena fe, moralidad y honestidad común son extremadamente extrañas a sus naturalezas, tan lejos de su concepción como el cálculo diferencial.En general, los ataques extensos tienen como vector una persona con la que estamos relacionados y guarda cierto conocimiento de las debilidades personales o bien una actividad de la que depende nuestro sustento económico; debemos recordar, para el primer caso, lo concerniente a las manipulaciones afectivas. Los ataques intensos, en cambio, son provocados durante las horas de reposo cuando disminuye el nivel de consciencia, o por personas desconocidas que sin embargo parecen percatar de antemano los puntos flojos sobre los cuales atacar: no hay que desconsiderar aquí la concordancia en lo manifestado por Dion Fortune en su descripción de los portales orgánicos con otros autores como Boris Mouravieff, Laura Knight-Jadczyk y John Baines (Dario Salas Sommer); debemos recordar además que toda persona que permanece aun en el trance hipnótico de la ilusión puede ser usado de igual forma como vector de ataque.
Visto a grandes rasgos desde la perspectiva fisiológica, la víctima encontrará su respiración entrecortada y un aumento en las palpitaciones; esto que de por sí parece una consecuencia lógica asociado al estado de shock, se transformará en un evento crónico cada vez que la atención vuelva a enfocarse en la situación ya que el cuerpo estará procesando y generando energía adicional como respuesta al estímulo emocional negativo, acelerando la ingesta de alimentos para aumentar el caudal de energía producida la cual es dispersada por el desorden emocional, reforzando el círculo vicioso; por supuesto, esto acarrea consecuencias detrimentales para la salud del organismo, vulnerando múltiples áreas como la coronaria, digestiva y renal. El estado mental también se ve afectado por los pensamientos negativos recurrentes; del libro Hipsoconciencia de John Baines:
Los pensamientos que cruzan por nuestra mente en forma habitual son verdaderas piedras angulares sobre las que construimos nuestra vida material, mental y emocional. Cada pensamiento deja su huella y evoca un estado emocional equivalente a su significado y calidad.El ojo entrenado no dudará en reconocer que bajo una lluvia de pensamientos ominosos, sean externos o emanados interiormente por la situación negativa desencadenada, nuestra maquinaria orgánica está siendo forzada a trabajar a máxima potencia para generar un producto energético no aprovechable —a nivel humano— con excelente rendimiento para las entidades parasitarias en cuarta densidad; en pocas palabras: nos están comiendo vivos. (1)
Sólo en el desbalance se aprende a equilibrarse |
Las emociones son fuerzas que nos empujan fuera de la homeostasis [la condición de estabilidad interna]. Si son emociones dañinas, éstas nos impulsan por encima o debajo de nuestro potencial, haciéndonos trastabillar al dudar de nuestra asertividad sobre la situación, y tomando decisiones reactivas poco inteligentes, como el reaccionar en un momento de odio para arrepentirse más tarde. Si son emociones positivas, estas nos empujan a un nuevo territorio que de otra forma no tendríamos la confianza para hacerlo. [...]Un útil refuerzo físico consiste en observar la respiración, reteniendo el aire e intensificando la lentitud y profundidad de la inspiración; técnicas semejantes se explican en el libro de Hipsoconciencia de John Baines y en Éiriú Eolas de Laura Knight-Jadczyk, y podrían verse como un reclamo consciente de la autonomía corporal.
Podemos usar las emociones si estamos atentos a ellas antes de que sometan a influencia a nuestro proceso decisional: primero evaluando en frío la situación y decidiendo de ir con ellas o disipándolas en un acto de fuerza de voluntad. Se podría decir que las emociones son entonces como los caballos: pero entonces, ¿se conduce al caballo hacia dónde uno quiere ir, o se le permite al caballo tomar la dirección que quiere (por ejemplo hacia un precipicio)?
El problema puede verse intensificado de contar con acompañantes indeseados dentro del cuerpo psíquico: debemos recordar que la presencia de córtices o pretas en nuestra psiquis agrava el desencadenamiento emocional negativo pues los sincronismos parecen estar elaborados para afectar el punto flojo individual que más tememos, y a su vez es como tener el "enemigo en casa;" (2) en este caso la estrategia debe englobar múltiples aristas:
- elaborar una detallada lista que considere lo peor que nos podría pasar a lo largo del evento, junto con una planificación que busque minimizar o contrarrestar aquellas situaciones indeseadas; hacemos énfasis en animar a orientar dicho plan aplicando las reglas de supervivencia;
- solicitar ayuda exterior; concentrarse y prepararse para hacerlo sin desesperación, patrones de fracaso o sensaciones destructivas (una buena forma es comprender que al pedir, los resultados que se obtienen resultan en una magnificación de los pensamientos que se manifestaron al solicitar); evitar rituales (3) de cualquier clase;
- trazar un diagnóstico de las conductas egóticas personales: enumerarlas y exponerlas para llevarlas a la luz de la consciencia y lograr ponderarlas; es útil buscar el equilibrio a través de un acto desinteresado que busque servir al prójimo;
- no desesperar y sostener una actitud mental positiva: al parecer, el Cosmos es una Escuela y este tipo de eventos es un desafío más; si se hace la tarea consciente no hay nada que temer.
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