No hay Religión más sublime que la Verdad

El sistema de creencias que se manifiesta en los artículos que aquí se publican no deja lugar a dudas que soporta o denuncia una realidad que algunos podrían considerar bastante oscura, gótica y casi lovecraftiana. Quizá es abismal el constraste con otros sistemas de creencias que describen un Creador y una Creación más suave y mullida. Un buen punto de vista de la realidad es aquel que ofrece ventajas prácticas a quien lo adopte, independientemente del punto de vista que tome el resto. Si dicho punto de vista nos orienta hacia la Verdad, es requisito que, sujeto a escrutinio o análisis, cumpla con dos premisas: no sea subjetivo y no se contradiga a sí mismo (el filósofo matemático George Boole nos diría que son las condiciones lógicas para que cualquier predicado se evalúe como válido).

La mayoría de las religiones organizadas forman parte del sistema de control que busca esclavizar y debilitar mental y espiritualmente al ser humano, al anquilosar el análisis crítico de sus premisas religiosas sustituyéndolas por "fe;" contrariamente a lo que enseñan estas religiones teócraticas, la fe y el pensamiento ilusorio son mecanismos detrimentales pues se interponen a la objetividad, en las palabras de Felipe Prezioso: (1)
Paradójicamente, cuando más cuidado deberían poner en el camino que los lleve hacia la verdad espiritual, escogen emocionalmente sin importar si dicho camino reúne aunque más no sea algunos requisitos válidos.
En el momento de abrazar un credo, que lógicamente tendrá implicancia en sus vidas, la decisión es tomada bajo las mismas características engañosas con las que escogen un producto muy publicitado en un supermercado. Los infaltables vendedores de ilusiones, ya desde tiempos inmemoriales utilizan un mágico ingrediente, indispensable para evitar cualquier cuestionamiento por parte del "consumidor": fe; sí, fe y nada más que eso.
¿Y que hay detrás de ese impulso llamado fe? Nada que el creyente no haya colocado previamente; solo él la alimenta y mantiene evitando cualquier pensamiento que podría destruir el hechizo generado por la misma necesidad de creer. ¡Para qué razonar, si la fe lo engloba todo!
Las representaciones teócraticas: ya sean los etiquetados "santos," "ángeles" o "vírgenes" (apréciese que las mariofanías son una escenificación ufológica para obtener réditos devocionales) no son más que papeles representativos de las autoridades del mundo o arcontes, es decir, un nivel de consciencia superior que provee de asistencialismo a cambio de devoción; mediante estas argucias, engañan a la humanidad haciéndose pasar por iconos religiosos que vibran con las enseñanzas teocráticas internalizadas del solicitante; en este sentido, es esclarecedor el artículo de Bronte Baxter sobre la Unificación de la Nueva Era, donde menciona:
La Guerra de los Principados de la Luz y la Oscuridad no son otra cosa que una estratagema del policía bueno y del policía malo, pero llevando el juego a niveles celestes. Muy semejante a la eterna guerra irreal entre los demócratas y los republicanos: una cortina de humo diseñada para velar donde efectivamente la acción real ocurre. Tanto Lucifer como Jehová están del mismo lado: buscando el control de la humanidad; los "dioses" y "demonios" de la India se encuentran en idéntico bando. Mientras que la humanidad ofrezca su loosh (energía vital) a los mundos [hiper]dimensionales, ya sea través de la adoración o el sufrimiento, en la Cuarta Densidad están todos contentos.
En efecto, cuando estas entidades conceden un deseo —ya sea el más excelso hasta el más objetable—, si bien el solicitante ve cumplida su realidad —aunque tarde o temprano el resultado sea tergiversado— su karma se ve incrementado, y en verdad ingresa en un ciclo de intercambios y manipulaciones, al estar en deuda con el arcontado; en Wisdom of the Rays se nos sugiere:
Estas entidades Demoníacas son aquellas a las cuales se les vende el alma en un momento de desesperación, cuando se pronuncian frases del estilo "Haría cualquier cosa por (... y complétese con lo que se anhela)." Este tipo de solicitudes que vibran con la baja frecuencia emocional de la desesperación, es la invitación para que estas entidades se les permita poner un pie en el destino y comenzar a interferir activamente en sus vidas, ya que al haber sido invocados no se viola la ley del libre albedrío. Hay que recordar que una invocación siempre recibe una respuesta, y este tipo de invocación se parece bastante a una petición u oración a las entidades angélicas de la Creación, nada más que se desvía para el otro lado.
Cualquier religión que demande a sus seguidores devoción, cumplimiento de pactos o promesas, actos que involucren dolor o pasión analizarlo con frialdad desde la perspectiva del loosh, o que se enfoquen en una deidad particular, está ayudando al ordeñe y al consumo energético por parte de entidades parasitarias de consciencia superior; religiones basadas en un ente superior que custodia, demanda u obliga al cumplimiento de pactos de sangre como sacrificios (humanos, animales o incluso prácticas como la mutilación genital masculina o femenina) a su pueblo elegido el brazo humano del factor exógeno están creadas específicamente para dominar y subyugar a los que no comulgan, marginados como heréticos, infieles o goys.

Alien Gray (Gris) como efigie
de un representante teócrata
Sin embargo no todo termina ahí; la religión cristiano católica: un producto judío para la creación de mano de obra barata y sumisa, contiene dos paradigmas poderosos: el sacrificio (en palabras catecúmenas: dejar de hacer algo bueno para hacer algo mejor) y la redención, llevada a cabo a través de actos de negación a uno mismo. En este sentido, una persona que aprehenda estas dos virtudes pone en jaque su integridad porque, tarde o temprano, degenera en mortificación. Si bien ninguno de los dos actos por separado es negativo, el problema emerge porque uno retroalimenta al otro, y psicológicamente terminan justificándose indefinidamente, afectando el proceso de toma de decisiones del creyente. No olvidar que la mortificación es un tobogán a la desesperación y a la depresión, en términos simples: golosinas y caramelos para estas entidades teócratas demoníacas del plano éterico; del libro Extraterrestrials Among Us, un esclarecido George C. Andrews nos comenta:
La proyección de energía psíquica que periódicamente emanamos en forma de devoción religiosa puede ser como la miel que fortalece y sostiene a las deidades a la que se dirige nuestra plegaria. En esta etapa de nuestro desarrollo, la adoración ciega ya no es lo que se busca, sino la comprensión consciente de nuestra relación simbiótica con las entidades multidimensionales que plantaron a nuestros antepasados en este planeta.
Si pensamos más fríamente, ya en términos académicos, dentro de toda ciencia positiva la forma de pensar se rige por el costo/beneficio; si pudiésemos extrapolar este cociente en términos espirituales la mejor religión sería aquella que aporte mayor libertad minimizando cualquier restricción. En definitiva, aquella que incremente el libre albedrío propio y ajeno sin restricciones ni condicionamientos salvo, por supuesto, la responsabilidad (debe comprender que Libertad y Responsabilidad son siempre sinónimos).

Y si volvemos a analizar ahora el concepto de fe sobre aquellas cosas cognoscibles notamos que se trata de una restricción que se impone al libre albedrío... es decir, si algo se puede conocer, analizar y corroborar, ¿para qué entonces es necesaria la fe? Además, si aquella fe dogmática contradice lo que a través de la observación o el entendimiento se percibe diferente de manera objetiva, ¿acaso no se está cercenando la capacidad de análisis y visión propia por una ajena? ¡Qué claro ejemplo de menosprecio por el libre albedrío!

El procesamiento de la información (entendida como una medida de conocimiento) que brinda la realidad, en definitiva, el trabajo consciente, podría verse como un camino hacia la verdad, una auténtica religión (la palabra religión proviene de re-ligare o volver a unir): conocer la realidad e intentar ser cada día más objetivo, aunque a veces aquello que se observa no coincida con lo subjetivamente agradable.

Joseph Fisher, investigador de lo paranormal y autor del famoso libro The Siren Call of Hungry Ghosts (en su versión castellana: El Canto de Sirena de los Fantasmas Hambrientos) que denuncia a las entidades entrópicas que nos manipulan,(2) nos deja una frase valiosa al respecto: nunca se separe de la Verdad por aquello que le gustaría Creer.

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El cerco hiperdimensional o sistema de control

En un pasado no muy lejano, clase de filosofía en una prestigiosa universidad, durante una noche lluviosa y fría donde la humedad se mezclaba con el olor a tabaco rancio de pipas nudosas que lanzaban anillos de humo cansados; un ambiente parecido al Poney Pisador, en donde un profesor no muy diferente al alopécico Cebadilla Mantecona pregunta: ¿cuántas paredes son necesarias para una cárcel? Se escuchan respuestas que decrementan secuencial y ordenadamente el número mínimo posible; el profesor escucha con ojos cerrados hasta que una voz solemne resuena con aire de filósofo gnóstico y plantea: las peores cárceles no tienen paredes; cabría agregar que aun más nefastas y peligrosas son aquellas en las que el prisionero no se sabe preso; en las palabras del doctor Samuel Sagan:
Los maestros hindúes, a menudo enfatizan el carácter dramático de la situación. Pasamos nuestro tiempo trastornados por los dramas de nuestra vida, pero todos esos dramas no son sino pequeñeces comparadas con la tragedia de estar permanentemente aislado por una nube de ilusión generada por los samskaras, una jaula. Nunca vemos el mundo real, sólo podemos ver nuestro mundo, el cual está lleno de fantasmas de nuestro pasado. Estamos desconectados viviendo en una nube, y ni tan siquiera lo sospechamos. Desde el principio debería estar muy claro que el propósito de un genuino trabajo de regresión es gradualmente disipar esta nube de ilusión, no ser indulgente en las historias de nuestro pasado.
El cerco hiperdimensional, también conocido como Matrix Control System (por la película Matrix de los hermanos Wachowski pero también por la trilogía de libros Matrix de Valdemar Valerian), que en la literatura esotérica se lo conoce como el Cerco del Mago Astuto de Gurdjieff o el Fuego de los Alquimistas, es una herramienta utilizada por entidades parasitarias de consciencia superior pero de servicio egótico, con el objeto de controlar de manera subliminal a los seres humanos; en la colección de libros de The Universal Seduction (vol. I, cap. Counterfeit Reality) Thomas Minderle explica:
Mientras que el hinduismo conoce esta gran ilusión como Maya, la cultura moderna la llama La Matriz [...] que coordina, regula y mantiene en funcionamiento una arena o escenario común por medio del cual nosotros, como seres conscientes individualizados y poseedores de la condición del libre albedrío, batallamos contra la voluntad de otros seres y enfrentamos las consecuencias de nuestras propias acciones. En las densidades superiores, tales como las que experimentamos durante el sueño, la muerte o la proyección astral, cada quien puede crear su propia realidad subjetiva dentro de la que no se viola el libre albedrío de otros individuos; si bien esto puede parecer divertido, escasamente sirve para que ganemos conocimiento o experiencia alguna.
Con la finalidad de acelerar el ritmo de nuestro progreso espiritual, la Matriz conecta nuestras realidades en una sola realidad consensual y objetiva. Es la Matriz la que suministra un sustrato físico a través del cual podemos aprender, tanto de nuestra inercia como de la solidez e individuación de los otros, el verdadero valor de sobreponernos por encima de las tribulaciones. Sin esta Matriz, la naturaleza física objetiva y la solidez de las libres voluntades de los otros seres serían inexistentes; en tal escenario, no acumularíamos experiencia alguna, puesto que no hay nada que experimentar.
Aquellos que sientan este mundo como una prisión quizá estén justificados, ya que todos formamos parte de la misma egrégora de individuos encadenados unos a otros.
Diferentes autores e investigadores de hechos anómalos han identificado el cerco hiperdimensional en otros términos: uno de las últimas conclusiones de Charles Fort, autor de El libro de los hechos condenados (The Book of the Damned), arribaba a que la humanidad era propiedad (o ganado); John Keel, quien seguiría los pasos de Fort en la búsqueda de hechos marginales, comentaba que luego de la explosión de avistamientos de Ovnis en la década de 1960, tuvo lugar una ola de extraño interés por el ocultismo, en especial la propagación de ideas que tenían como propósito lograr que el practicante alcanzara el ilusorio dominio o control sobre las fuerzas sobrenaturales para el servicio a sus propios intereses.

Jacques Vallée, famoso astrofísico francés, con un doctorado en Ciencias de la Computación e investigador metódico y autor prolífico sobre ufología, sostiene que el trasfondo de los objetos extraños en el cielo coincide con los fenómenos de apariciones religiosas, seres mitológicos y los mitos de las deidades teocráticas, y concluye en la compleja idea de un sistema de control de impronta religiosa, que deja de lado cualquier racionalización humana posible; citando su libro Pasaporte a Magonia (Passport to Magonia), el autor se pregunta:
¿Cuál puede ser el propósito para tan elaborado engaño a escala mundial? ¿Quién puede darse el lujo de inventar un esquema tan complejo, para tan aparentemente pequeño resultado? ¿La imaginación humana es capaz por sí sola de producir estos trucos? ¿O deberíamos establecer una hipótesis que una raza avanzada en algún sitio del universo o quizá en algún momento del futuro ha estado elaborando representaciones teatrales tridimensionales por los últimos dos mil años, en un esfuerzo de guiar a nuestra civilización? ¡Si así fuera, seguramente no se merece nuestro agradecimiento!
Como se puede apreciar en el vídeo que mostramos más abajo sobre nanorobótica, donde los científicos manipulan la conducta de las bacterias para que formen pirámides, el cerco hiperdimensional es un sistema de manipulación invisible que nos rodea e interfiere de manera cotidiana en nuestras mentes, emociones y acciones sin que seamos conscientes de ello, creando lo que el psicólogo Carl Gustav Jung denominaba sincronicidades: coincidencias significativas, o eventos que parecen accidentales pero que poseen un propósito oculto.


Gurdjieff, Ouspensky y Mouravieff, prestigiosos escritores que denunciaban la narcolepsia de la condición humana, coincidían en que sin esfuerzos conscientes, el hombre era un títere mecánico: un robot obediente de factores exógenos, operando ciegamente de la misma forma que las bacterias.

Este sistema de control trabaja de manera etérica en un nivel semi-consciente o de inteligencia artificial, recibiendo como entrada elementos que nos identifican: patrones de conducta, hábitos y características de nuestras emociones, generando como resultado eventos negativos que inyecta como sincronismos en las vidas humanas con el fin de manipular, controlar y extraer energía emocional. Para realizar algunas de sus tareas, frecuentemente utiliza agentes humanos (los portales orgánicos, es decir, prácticamente cualquier ser humano que se encuentre dormido en la ilusión); si esto es difícil de asimilar, sería prudente reflexionar sobre aquel dicho que reza sobre si millones de moscas no pueden estar equivocadas... en su libro Gracia Asombrosa (Amazing Grace), Laura Knight-Jadczyk sostiene:
La diferencia entre el punto de vista [de la película Matrix] y el nuestro es que estamos proponiendo un reino teórico para-físico como una capa adicional en la estructura del espacio-tiempo, a partir del cual se proyecta nuestra propia realidad, en un sinfín de variaciones. Esta realidad para-física está habitada por seres de polaridad positiva y negativa que se han "graduado" de nuestra realidad. No necesariamente en el sentido de "morir" y alcanzar un ámbito estrictamente etéreo, como muchos buscadores de verdades metafísicas lo han racionalizado.
Estos seres existen, efectivamente, en un mundo del futuro que crea nuestro presente al proyectarse hacia el pasado. Pero si pensamos en el futuro en términos de futuros probables, o universos ramificados, entonces lo que hacemos ahora —si nos despertamos de la Matriz o no— determina qué tipo de futuro vamos a experimentar, individual y colectivamente.
Asimismo, el cerco hiperdimensional posee una función adicional para contrarrestar los intentos de escape o la denuncia activa de los fenómenos negativos de la realidad por parte de seres humanos que intentan despertar a otros: casos notorios como la muerte de la doctora Karla Turner, el intento de suicidio posterior al divorcio de James E. MacDonald,(1) las extrañas muertes de Frank Edwards y Morris Jessup o el suicidio de Don Elkins y Joseph Fisher. En el caso particular de Fisher, se deja en evidencia un proceder estándar del sistema de control denominado targeting que consiste en aislar al sujeto, orquestando problemas conyugales y dificultades económicas, con el fin de generar turbulencia emocional que puede derivar, si no se tiene suficiente conocimiento, en un intento de suicidio.

Quizá para aquellos que superen los obstáculos últimos, y logren trascender el Sistema de Control, podrán apreciar, desde un punto de vista objetivo, que se trata meramente de un instrumento de entrenamiento para aquellos espíritus que busquen refinar, descubrir y superar sus vulnerabilidades: el objetivo último es el fortalecimiento del alma y el crecimiento espiritual. En las palabras de nuestro respetado Fulcanelli:
Pero un rasgo singular del carácter humano lleva al hombre a encariñarse con aquello por lo que más ha sufrido, y esta razón nos permitiría, sin duda, explicar el triple empleo de la salamandra, jeroglífico del fuego secreto de los sabios. En efecto, entre los productos anexos que intervienen en el trabajo en calidad de ayudantes o de servidores, ninguno resulta de búsqueda más ingrata ni de identificación más laboriosa que éste. Se puede todavía, en las preparaciones accesorias, emplear en lugar de los coadyuvantes requeridos ciertos sucedáneos capaces de dar un resultado análogo. Sin embargo, en la elaboración del mercurio, nada sería capaz de sustituir el fuego secreto, ese espíritu susceptible de animarlo, de exaltarlo y de formar cuerpo con él después de haberlo extraído de la materia inmunda.
El profesor Tolkien en su notable obra póstuma: El Silmarillion, lo resumió con asombrosa exquisitez:
Porque si alegre es la fuente que se alza al Sol,
el agua nace en pozos de dolor insondable
en los cimientos de la Tierra.

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Los Exorcistas de Tolkien

Hay algunos sucesos curiosos en el magnum opus del filólogo John Ronald Reuel Tolkien que el ojo entrenado habrá quizá percibido en la penumbra: El Señor de los Anillos frecuenta asiduamente el problema de la posesión demoníaca; tal vez porque no sea el tema principal de la obra (¿o si? acaso no se exorcisa a un demiurgo que parasita la Tierra Media) ni se presente de forma tan macabra como en la obra de William Blatty; sin embargo, hay dos claros procesos de exorcismo llevados a cabo por los héroes arquetípicos del relato: el mago peregrino Gandalf y el señor de reyes Aragorn.

Pero antes que nada deberíamos intentar plantearnos qué es un exorcismo... si analizamos la raíz de la palabra, vemos que proviene de ex: sacar fuera y de orcis: demonio (de la misma raíz proviene la palabra orco); esto nos llevaría a plantearnos una hipótesis forteana de la existencia de entidades demoníacas, y que además puedan parasitar el subconsciente humano.

El lector habituado a esta colección, no tendrá demasiados cuestionamientos en comprender la naturaleza de un demonio: un ser de consciencia superior a la humana que ha elegido el servicio egocéntrico. ¿Un demonio es malo? En realidad, los términos 'bueno' y 'malo' son totalmente subjetivos; es evidente que con relación a la humanidad un demonio es tan 'hostil' como una vaca, chancho o cucaracha puede considerar a un ser humano. Parece curioso pero conocer el verdadero estrato que ocupamos en la cadena alimenticia puede causar cierta conmoción, al perder la infantil ilusión de creernos la raza soberana; del primer volumen de la colección The Universal Seduction:
Los Grises trabajan para los Reptilianos, y guardan en común ciertas características con los humanos a los que abducen. Han sido usados por los Reptilianos como intermediarios, haciendo su trabajo y exponiéndose frente a nosotros en su lugar. A los Grises consecuentemente se los refiere como la fuerza de choque.
Algunos Reptilianos devoran seres humanos al igual que nosotros comemos pollo. En los Estados Unidos hay rumores de grandes salas de almacén de alimentos subterráneas llenas de cuerpos humanos preservados. En algunos casos el rumor menciona que los cuerpos son de niños; pero no sólo devoran niños sino también adultos.
Los Reptilianos prefieren la carne tierna de los niños, porque al parecer no están envenenadas con sustancias como cafeína, nicotina, alcohol u otras cosas de los que los adultos están saturados. Es cierto entonces que los Reptilianos apenas si nos consideran como seres vivientes, pero eso sí, nos consideran ganado valioso.
Los exorcismos son generalmente vinculados con la religión católica, pero en realidad todos los sistemas de creencias poseen rituales o procesos equivalentes: en el espiritismo encontramos el proceso de desobsesión donde un obsesor sería una clase de demonio menor (es notable que en la lengua castellana usemos la expresión estoy obsesionado cuando no podemos dejar de fijar nuestros pensamientos o emociones); en culturas que en occidente caratularíamos como primitivas, el shaman u hombre santo es el encargado de interceder como facilitador entre el mundo de los espíritus y su paciente; la religión judía posee rituales contra los dibukim, entidades semejantes a los djinns árabes (también conocidos como genios).

Como aquella famosa frase: así en la Tierra como en el Cielo, así en lo Físico como en lo Etérico. En la medicina tradicional, organismos como virus, bacterias o parásitos pueden enfermar a un hombre... aunque también un animal feroz o incluso otro humano puede atacarlo y poner en peligro su vida. En el plano etérico parece ocurrir algo semejante: no sólo hay parásitos u obsesores —de menor nivel de consciencia al humano— sino también descarnados con un nivel de consciencia similar y otros con un nivel de consciencia superior: los llamados Grises o 'Grays' y los Reptoides (o Reptilianos, de ahí la asociación de un reptil con la serpiente edénica, o la imagen mítica del Dragón con los escamosos y traicioneros demonios medievales: los súcubos e íncubos que los ufólogos modernos no han tardado en asociar con la fenomenología de Visitantes de Dormitorio).

Volviendo a los relatos del profesor Tolkien: aquellos que están capacitados para realizar un exorcismo son los personajes de consciencia superior que, aunque encarnados en humildes vestimentas, logran ver los reinos sutiles y la superimposición de consciencias oscuras, como cuando Gandalf cura al Rey Théoden de Rohan, curiosamente obsesionado por Grima, Lenguaje de Serpiente; no obstante, aquí vemos la mano larga de Saruman, un mago convertido en brujo capaz de invocar entidades que vampirizaban al viejo rey, extrayéndole las ganas de vivir.

Neo en Matrix, despierta
en la crisálida
Los prestigiosos pensadores Gurdjieff, Ouspensky y Mouravieff coincidieron en comparar al ser humano con un robot: un ser mecánico: un hombre dormido, como Neo yaciendo en aquella siniestra crisálida; y esta postura es también compartida por el magisterio tibetano: Sogyal Rimpoche calificaba a la humanidad somnolienta como inconscientes cadáveres vivientes; parte de nuestro sueño se sustenta en el condicionamiento social bajo el sistema de creencias estándar que alienta a esta narcolepsia en dosis de estupefacientes —en su mayoría endógenos— para evitar contrastar el oscuro escenario por donde transita nuestra gregaria vida, planificada y controlada por un inorgánico pastor astuto; en las palabras de Carlos Castaneda:
[...] Vieron también que existen conglomerados de energía animada vibratoria que tienen cohesión propia, libre de las ataduras de un organismo. Los llamaron seres inorgánicos, y los describieron como cúmulos de energía cohesiva, invisible al ojo humano, una energía que es consciente de sí misma y que posee una unidad determinada por una fuerza aglutinante diferente a la fuerza aglutinante de un organismo.
Ocurre que los parásitos etéricos, ya sean de menor, igual o mayor nivel de consciencia requieren para subsistir de la energía vital de sus víctimas; estas entidades drenan incesantemente el destilado emocional humano, conocido como loosh; en palabras de Don Juan:
[...] ordeñan la capa brillante de conciencia, convirtiendo al hombre en un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil.
Sin embargo, Gandalf carece del poder suficiente ante el Hálito Negro, aquella infección del alma fruto del Rey Brujo de Angmar, que dejaba a las víctimas en un sueño profundo hasta que morían; hay quienes ven en los Jinetes Negros a los Reptilianos cuando se proyectan en la realidad física: altos seres nefastos y oscuros, envueltos en capas funestas, efigies reptantes del sufrimiento y del dolor, que inyectan su propio miedo mortal, codicioso de la luz vacilante, en una consciencia ignorante o debilitada a la que devorar.

Pero es Aragorn, quien victorioso de haber enfrentado en la piedra de Orthanc el poder demiúrgico de Sauron, puede ahora exorcisar a Meriadoc, a Faramir y a la Dama de Rohan y efectuar la liberación de sus almas que, como un shamán experimentado, agitando los perfumes de la hierba de los reyes o Athelas en el caldero (¿quizá una pista difusa hacia el Grial?).

Las potestades teócratas y los gobiernos autoritarios

Hay una poderosa similitud entre las vivencias infantiles, el asistencialismo político y la imagen distorsionada de Dios: todo indica que durante la niñez estamos programados genéticamente para obedecer a una autoridad, a la cual identificamos en nuestros padres o tutores; del libro Por tu propio bien: Raíces de la Violencia en la Educación del Niño de la doctora suiza Alice Miller:
[...] la tolerancia del niño frente a los padres no conoce límites. Cualquier crueldad mental —consciente o inconsciente— de los padres quedará, gracias al amor del niño, a salvo de ser descubierta. [...] Su dependencia del amor de sus padres también le imposibilitará reconocer, más tarde, los traumas que a menudo permanecen toda la vida ocultos tras las idealizaciones infantiles de las figuras paternas y maternas.
Es de la autoridad paternal a través de la cual aprehendemos las creencias basamentales, los primeros criterios para la toma de decisiones automatizada y, en definitiva, la forma de interpretar la realidad: todo esto queda ensombrecido bajo el paraguas del subconsciente; y es en esta oscuridad donde fermentan los traumas ocultos, que más tarde desviarán la brújula de nuestras decisiones para que encaremos situaciones que desencadenarán en sincronismos negativos donde se cosecharán las emociones negativas; leemos de la pedagoga alemana Katharina Rutschky en Pedagogía Negra:
Es perfectamente natural que el alma infantil quiera salirse con la suya y, si las cosas no se han hecho debidamente en los dos primeros años, más tarde será difícil conseguir el objetivo. Estos primeros años presentan, entre otras, la ventaja de que podemos emplear la violencia y la coerción. Con el tiempo, los niños olvidan todo cuanto les ocurrió en la primera infancia. Si en aquella primera etapa podemos despojarlos de su voluntad, nunca más volverán a recordar que tuvieron una y, precisamente por eso, la severidad que sea necesario aplicar no tendrá ninguna consecuencia grave.
Sin embargo, y a medida que el individuo se desarrolla, llega a la adolescencia y comienza a enfrentar a la autoridad paterna; en la mayoría de las ocasiones la rebeldía juvenil sólo decanta en una parcial adaptación del cuerpo de creencias a las nuevas vivencias, mientras que las cuestiones profundas se siguen manteniendo firmes. Muchos opinan que es necesario un shock atípico para eliminar el sistema de creencias basamental; no obstante, la mayor parte de las personas que se enfrentan a un ajetreo emocional de estas características prefiere buscar respuestas en su secular sistema de creencias, dentro de su contexto de realidad, llegando incluso a negar o ignorar lo acontecido; del libro La Historia Secreta del Mundo de Laura Knight Jadczyk:
En cierta medida nuestros gustos, deseos y necesidades cambian conforme crecemos, pero muchos de estos circuitos [rutinas circulares de pensamiento] han sido incorporados en nuestro cerebro desde la infancia y por lo tanto son "preverbales," teniendo un profundo arraigo dentro de nosotros. Si pretendemos llegar a tener una visión objetiva de la realidad debemos reconocer todas estas voces subjetivas como lo que son, para luego alinearlas y someterlas al control de esa parte esencial de nosotros que podríamos denominar "alma." Esta esencia es la parte del Ser que —en los individuos de naturaleza intrínsecamente creativa— tienen la posibilidad de realmente ver, o cuando menos, el deseo ferviente de observar el mundo como es en realidad.
El ojo entrenado no dudará en reconocer que las creencias de nuestros padres han y siguen siendo falsas; que muchas de las premisas con que interpretamos la realidad son maquinaciones para adormecer la consciencia. Sucede que la autoridad paternal sigue representando su papel dentro de los sistemas de creencias de las potestades teócratas; esta contundente y no siempre visible asociación es una magnífica herramienta para anestesiar, evitar rebeliones y mantenernos dentro del rebaño. Hemos de recordar que el astuto pastor de Gurdjieff posee un nivel de consciencia superior al nuestro y por tanto conoce detalladamente las debilidades humanas; del primer libro Manual para el Nuevo Paradigma (Embracing the Rainbow), de George Green:
Les podemos asegurar que la historia humana ha sido estudiada y analizada por mentes y modelos de ordenador hasta el punto en el que no lograrán imaginar hasta dónde os conocen. Cada reacción ha sido diseccionada a nivel celular, y se han planeado acciones restrictivas para cada una de ellas.
Y es aquí, dentro de las respuestas trilladas de las masas dormidas, donde la política ha encontrado la tierra fértil para el surgimiento de los padres del pueblo; no lo olvidemos, el común denominador que ideólogos políticos y religiosos han perseguido siempre: que fe y verdad se conjuguen juntas en las mentes de sus seguidores; analicemos otras similitudes que pueden encontrarse:

Religión teócrata Partido político
Una religión teócrata es un esfuerzo de entidades de consciencia superior para reclutar fieles; debemos recordar que la adoración y devoción humana es alimento para ellos: de allí proviene la obsesión de las religiones organizadas con sus rituales y ceremonias. Un partido político es un esfuerzo de humanos de consciencia elevada (por sobre el promedio de las masas) para reclutar votantes; considérese lo siguiente: la ignorancia y pasividad de las masas es la principal fuerza de sostén de los gobernantes.
Una vez que el feligrés forma parte de la egrégora, no se le permite pensar por sí mismo, sino que debe creer y abrazar mediante fe un sistema de creencias preelaborado. Una vez que el votante forma parte del partido, se lo aprisiona en una jerarquía y debe responder a su jefe inmediato y abrazar una serie de directivas caprichosas.
El feligrés debe adorar a un ser superior y eventualmente formar parte de catenas y ceremonias donde cede parte de su energía devocional; se le indica que ante dificultades de la vida podrá recurrir, mediante rituales, a la búsqueda de soluciones asistencialistas. El votante debe someterse a la figura emblemática del partido, y ante dificultades civiles podrá recurrir mediante solicitudes al jefe inmediato que, por medio de influencias de las esferas superiores del partido, podrá acceder a mecanismos irregulares al común de la gente.
No siempre la autoridad teócrata responde a lo solicitado, no obstante esto, el feligrés ha de estar feliz por la intervención y de acuerdo al resultado pues misteriosos son los caminos de dios.Es dable de notar que a la figura emblemática se la representa con una imagen paternalista que a ultranza es una imagen teócrata.

Portada Matrix V: semejante
al Ente en Los Guachos
¿En definitiva podríamos arriesgarnos a teorizar que un partido político en la cuarta densidad se observaría desde la tercera densidad como una religión teócrata o grupo sectario? ¿O que ciertos líderes políticos en tercera densidad se transformarán debido a su crecimiento lateral (la aplicación consciente de conductas de servicio a sí mismo que culminan en psicopatía, descrito así por el psiquiatra Kazimierz Dąbrowski) al llegar a cuarta densidad en entidades teocráticas? No debiera asombrarnos las semejanzas entre un líder mesiánico junto al lavado cerebral de sus seguidores, y un partido político autoritario junto a su aparato de propaganda y manipulación de masas; el notable escritor español Juan García Atienza en su memorable libro La Gran Manipulación Cósmica nos advierte:
Esta es, a mi modo de ver, la diferencia que existe entre el Maestro (el auténtico Boddhisattva) y el Nigromante (el iluminado jefe de secta mesiánica).
El primero tiene conciencia de que su propia superación se debe —y está ligada— a la superación de todos cuantos sean capaces de entender su mensaje y expandirlo hasta que, antes o después, alcance a toda la especie humana, para izarla a la siguiente etapa evolutiva. El segundo, a cambio del presunto poder adquirido mediante el conocimiento y la experiencia trascendente, intentará integrarse, aisladamente o con su grupo de adeptos, en el nivel de conciencia inmediato, y desde él, exactamente lo mismo que las entidades que forman parte de ese nivel (por razones de evolución en conjunto de especie), tratará de manipular al resto del género humano al que pertenece, aunque sólo será, con sus seguidores, servidor presuntamente privilegiado de sus intereses y colaborador de segunda fila, en una tarea opresora de la humanidad y restrictora de su derecho conjunto a la propia superación.
En cierto modo, será como perro de ese rebaño que el pastor no puede atender cómodamente por sí solo. Vestirá collar de púas y manipulará a las ovejas como el pastor lo haría; las conducirá por donde el pastor desea y su creencia infundada de superioridad se verá siempre cortada por la presencia del amo, al que no tendrá más remedio que someterse, a cambio de su poder —prestado— sobre las ovejas.
¿Podríamos plantearnos que este sometimiento de la voluntad en la niñez —también observado por el doctor Wilhelm Reich quien concluyó en que los traumas infantiles convertían la vitalidad (energía OR u orgón vital) en DOR (Death Orgon u orgón detrimental)— fuese parte del programa del Nuevo Orden Mundial para obtener un pueblo carente de individualidad, sometido a una autoridad carismática y psicopática? La doctora Miller concluye:
Estando aun "en pañales" aprende el niño cómo se llama mediante la obediencia a las puertas del amor y, por desgracia, ya no suele olvidarlo durante toda su vida. [...] Si este tratamiento se lleva a cabo en forma consecuente y a una edad lo suficientemente temprana, se cumplirán todos los requisitos para que un ciudadano pueda vivir bajo una dictadura sin sufrir, e incluso logre identificarse eufóricamente con ella, como ocurría en los tiempos de Hitler.

La parábola de los trajes

Hace tiempo atrás, cuando la Tierra estaba en buenas manos, había una serie de Trajes que los Creadores habían confeccionado para que las consciencias que así lo desearan pudiesen vestir y usar. Estos Trajes eran quizá algo holgados y no muy estilizados, pero eran de armoniosa factura y se ajustaban a la perfección de la consciencia que lo usara, y sobre todo, no tenían defectos ni anomalías.

Al vestir estos Trajes, las consciencias podían experimentar el plano físico de la Tierra, relacionarse con otros y armar comunidades; pero podían también hacer cosas avanzadas que sólo los Sabios dominaban, como ver realidades vedadas, que no eran físicas, y si lo deseaban podían hablar con los que allí ya no estaban, o incluso buscar consejo directo con las Potestades Creadoras. No había apuros ni urgencias, y las experiencias se sucedían una tras otra, sin que nadie intentara saltearse ninguna, y las enseñanzas se compartían de manera de enriquecerse por medio de la comunidad y avanzar en grupo; tampoco había temor a la muerte, pues tal cosa no existía: se trataba tan sólo de abandonar el Traje y no había ninguna oscuridad o dolor en ese trámite.

Pero ocurrió, como pasa algunas veces, que unos Visitantes descendieron (¿o ascendieron?) a la Tierra. Estos eran diferentes a los Creadores ya que actuaban sin pedir permiso y los Sabios de entre las comunidades humanas los miraron con precaución. Sin embargo, los Visitantes se mostraron afables y enviaron emisarios a cada una de las comunidades con regalos y promesas. No obtuvieron lo que querían al principio, pues los Sabios previnieron a las comunidades de que no aceptaran los regalos ni escucharan sus ofertas si estas eran impuestas; sin embargo, de entre los más jóvenes surgió cierta atención ya que los recién llegados ofrecían un regalo maravilloso.

Eva, Adam y el Arconte
Los Visitantes acostumbraban a pregonar, enroscados a un Árbol, un extraño Conocimiento: ofrecían promesas sobre un nuevo Traje con medidas maravillosas y, por lo que mencionaban en su propaganda, de una calidad y presentación exquisita. A decir verdad los jóvenes encontraban dichos atuendos mucho mejores a sus actuales trajes: las mujeres encontraban atractivo utilizar los nuevos trajes femeninos pero aun más deseaban ver qué tan bien quedarían puestos en sus compañeros. Y es así como los Visitantes ganaron fama y renombre, y muchos se plegaron a sus iniciativas; los más osados dejaron sus Trajes antiguos y comenzaron a vestir estos nuevos; y quizá era cierto, pues la belleza y sensualidad de estos trajes hacían a la mujer más deseable y al hombre más aguerrido. Y así sucedió que algo empezó a cambiar en las comunidades donde más y más habitantes decidieron renovar sus prendas.

Los Sabios repetían una y otra vez su postura, pero sin embargo no imponían su consejo, dejando que cada cual decidiera lo que le parecía conveniente.

Ahora bien, a medida que los nuevos trajes se usaron más y más, ocurrió que la población se vio incrementada pues estos trajes traían un cierto ajetreo reproductivo. Pero a diferencia del orden antiguo, las madres o los padres no cuidaban y velaban por los pequeños, sino que salían a buscar nuevas aventuras y romances.

Y ocurrió así que la comunidad antigua fue disminuyendo progresivamente, y luego de una noche donde se vieron muchas luces hermosas en el cielo, los antiguos humanos habían desaparecido.

Por supuesto, esto no importó en lo más mínimo, ya que la nueva población sólo pensaba en sí misma; a decir verdad, cada uno pensaba más en sí mismo que en los demás, salvo en el momento en que se encendía la locura de un romance, donde se perdía cada uno en el otro... esto sin embargo duraba poco: como si de una obsesión carnal se tratara, pues cuando la mujer concebía, todo cesaba y cada uno volvía a buscar sosiego en otros brazos. En aquella oportunidad, nadie pensó que los nuevos trajes tuvieran algo que ver con esto.

Pero los nuevos trajes tenían aparejados otras dificultades que anteriormente no habían experimentado con los trajes antiguos: traer una criatura al mundo ahora era doloroso, difícil y hasta a veces mortal. Por si eso fuera poco, a veces enfermaban y sufrían de manera prolongada, y los achaques de la edad aparecían sembrados de dolor, miedo y sufrimiento.

Desde aquella noche cuando los antiguos humanos desaparecieron, el entorno mismo había cambiado. Sucedió que antes no habían conocido el hambre o la enfermedad; de hecho, los antiguos cuerpos no enfermaban ni requerían de cuantiosos alimentos: los árboles daban frutos exquisitos, y se decía que los Sabios sólo bebían agua y miraban directamente a la luz del Sol. Pero ahora todo había cambiado: los nuevos cuerpos requerían más sustancia y los más avezados veían con codicia a los rebaños salvajes de la pradera, sintiéndose dueños y queriendo probar su carne y su sangre.

Los Visitantes les dijeron que se organizaran mejor, no ya en comunidades, sino en estructuras rígidas y designaron autoridades de entre los humanos para que oficiaran como la elite gobernante, únicos que podían hablar con los Visitantes y que ahora se hacían llamar los Arcontes: aquellos que detentan el poder; les ordenaron entonces que criaran ganado pues el invierno sería crudo; pero para evitar esto, podían organizar rituales y sacrificios, para que ellos obraran milagros y atenuaran las consecuencias, aunque no siempre ocurría así.

Y fue así como los Nuevos Trajes se convirtieron en una prisión sin paredes ni barrotes. Ya no era posible dialogar con los que no estaban y la incertidumbre al mañana y el temor a la muerte no tardó en oscurecer sus corazones: voces extrañas poblaban ahora sus mentes en un diálogo incesante que invitaba al desasosiego.

Parásitos etéricos (I)

Comencemos por algo que cuadre con la definición académica y escalemos poco a poco; parásito: cualquier organismo que vive sobre o dentro de otro organismo vivo, del que obtiene parte o todos sus nutrientes, sin dar ninguna compensación a cambio al hospedador; en muchos casos, los parásitos dañan o causan enfermedades al organismo hospedante.

Hasta aquí nada raro... una persona se lastima; la lastimadura al exponer tejidos subcutáneos no ofrece una barrera a los microorganismos patógenos, ergo emerge la infección. Cualquiera que aprendió a andar en bicicleta sin rueditas conoce alguna historia parecida. Avancemos un poco e intentemos relacionarlo con otras cosas que conocemos; en informática ocurren cosas semejantes: si una máquina está expuesta, por ejemplo, si un firewall o un antivirus es vulnerado o desactualizado, un hacker o virus podría infiltrarse en el sistema; en este caso el firewall cumple un papel muy semejante a la piel, al alejar intrusos y oficiar como barrera filtrante.

Es interesante que un virus o un hacker tienen patrones de conducta similares a la de un parásito: en primer lugar la subrepción (algo parecido a pasar desapercibido); por otro lado y apoyándose en esto usará el sistema infectado para atacar o intentar vulnerar a otros. El ojo entrenado puede reconocer aquí la analogía con los portales orgánicos; de más está mencionar que el papel de parásito es una orientación egocéntrica por excelencia, donde el prójimo existe para suplir y enriquecer la fuente de alimento del predador (cualquier similitud con el concepto de ganado (1) no es pura coincidencia); del libro Moneda Cósmica del autor rosacruz Dario Salas Sommer:
¿Cuáles son nuestros íntimos deseos? Sin duda alguna los nacidos en el Ser y que, en aras de la verdad, pueden ser denominados como propios a diferencia de aquellos que provienen del simbionte informático que, con la mayor de las certezas, son estructuras alienantes, camufladas como algo propio del individuo, al estilo de algunos virus que para no ser detectados se las arreglan para engañar al sistema inmunológico.
Pero aquí debemos hacer un salto que nos deja sin herramientas científicas (hasta que el framework científico se extienda), pues introduciremos la realidad etérica; animamos a continuar a los lectores, aun aquellos que programen en lenguaje C (acaso la informática nos muestra lo mismo: el plano físico ocupado por la computadora material, y el plano virtual donde las direcciones de memoria alojan programas). Para resumir el asunto, diremos que la realidad etérica es un plano más sutil, donde se manifiestan las emociones y pensamientos.

Pensemos lo siguiente: una persona se lastima, pero su herida no es física, sino emocional, por ejemplo tiene una discusión acalorada con su pareja o es víctima de abuso u hostigamiento (bullying). Si bien esta persona no "sangra" fisiológicamente, sí ha sido vulnerada de manera psicológica; aun más, si este hostigamiento es frecuente o la víctima no logra salir de esta situación de tensión emocional, culminará en una depresión.

Aquí podemos ver que la persona pierde su firewall y su blando tejido emocional interno queda expuesto. Todos hemos tenido un compañero de escuela que era el blanco frecuente de chistes y bromas, donde todos encontraban algo hiriente que decirle o reprocharle; donde, confesemos, costaba bastante evitar hacerlo. Es evidente que la humanidad se ha enviciado con el loosh. Asimismo, en casi cualquier organización jerárquica surge un predador up sea level que elige a una víctima mental, social o emocionalmente inferior a la cual explota una y otra vez, humillándola y prendiendo los etéricos colmillos en la expuesta herida que más de una vez concluye en un llanto desconsolado.

Representación urobórica del
parásito etérico o larva astral
¿Y dónde entran los parásitos etéricos? Los ocultos comensales en la mesa de las emociones negativas, aparecen con rapidez y se ocupan de que no se cierre la herida; en palabras de la psicóloga Elan Golomb el introyecto ha colonizado al huésped: cualquier víctima de abuso verá que su situación se repite incesantemente en un ciclo, aun habiendo pasado varios años entre suceso y suceso, donde cambian los nombres de los personajes más no el papel que representan; es evidente que el introyecto posee su propia voluntad y recursos, el psicólogo Jung los denominaba complejos psicológicos autónomos formados por "fragmentos mórbidos" de la personalidad; esotéricamente se podría arriesgar que el cuerpo de deseos posee un propio centro magnético con el cual distorsiona el del individuo hospedante, afectando negativamente los eventos que acontecen a su alrededor; del libro Beyond the Mind de Bernard De Montreal:
Los parásitos de la mente pueden empujar al ego subconsciente hacia acciones obsesivas o ejercer sobre él un poder restrictivo que lo retenga dentro de una forma de inercia que encuentre difícil de superar. Están presentes de una forma u otra en la vida subconsciente como parte de las fuerzas del alma que el ego debe aprender a superar a lo largo de su experiencia evolutiva. Ya sea que etiquetemos a los parásitos mentales como entidades o formas de pensamiento, o simplemente como "la psicología negativa," tiene poca diferencia en el corto plazo. Pero en el largo plazo del desarrollo evolutivo, la diferencia debe ser tomada muy en serio, ya que permite al ego socavar en los misterios de la conciencia para aislar los elementos que le infligen sufrimiento kármico.
Si consideramos a estos elementos parasitarios como entidades, es más fácil tratar con ellos de una manera más objetiva. En cambio, si optamos por subestimarlos como formas de pensamiento, quizá nos falte el coraje intelectual y el beneficio de liberar los recursos internos necesarios con el fin de neutralizar sus influencias y poner fin a su nefasta presencia. Las palabras tienen el significado que elijamos darles. De acuerdo con el grado de objetividad que podamos reunir en el aspecto trascendente de la realidad psíquica, irradiamos más o menos luz. No cualquier hombre puede hacer frente a la idea de que entidades puedan infectar su mente. Sin embargo, sus posibilidades de hacer frente de manera objetiva a la realidad parasitaria se incrementan en la medida de su capacidad de percibir la realidad psíquica como parte de un todo multidimensional.
Es de importancia que los especialistas en las artes de la mente entiendan este tema con la debida profundidad, que trasciende la realidad humana. No obstante y aun sin conocer el fondo de la situación, una víctima puede hallar sosiego y herramientas que ayuden a cicatrizar estas úlceras emocionales; es sumamente importante no dejar de tratar una herida emocional, ya que el tiempo no las cura;(2) es cierto que es incómodo volver a revivir la situación pero ha de doler si ha de sanar. Colin Wilson en Los Parásitos de la Mente (The Mind Parasites) nos comenta:
Nosotros ahora tenemos una importante pista acerca del origen de los parásitos… Ellos no podrían existir aparte de la humanidad, porque ellos eran la humanidad. Y fue esto lo que trajo un nuevo nivel de conocimiento.
Cuando yo le dije a ellos: ‘El Hombre no está solo,’ yo había entendido lo que esto significaba, pero todas sus implicaciones no eran claras para mi; yo estaba hablando acerca de la fuente del poder, significado y propósito.
Este último comentario puede alertarnos de algo por lo menos curioso: quizá estemos acompañados aun estando solos; el difunto investigador de lo paranormal Joseph Fisher coincidió con algunas de las visiones del notable Robert Monroe cuando escribió The Siren Call of Hungry Ghosts (El Canto de Sirena de los Fantasmas Hambrientos, cap. XIX):
Todas las referencias que descubrí en lo que respecta a los espíritus descarnados parecían corresponder con el fenómeno de la canalización en general. Y cuanto más aprendía, más me parecía que los mediums estaban arriesgándose enormemente, al convertirse en los inadvertidos cómplices de cuestionables atenciones por parte de los descarnados. Antiguas enseñanzas espirituales de una gran variedad de culturas hablan de una hueste de seres descarnados que habitan una dimensión cercana a la Tierra.

Este es el plano astral inferior, un triste pozo negro de los muertos, habitado por aquellos que han vivido vidas deshonestas, ignorantes o egoístas. Afligidos por el ansia de toda clase de placeres terrestres, su existencia decadente se enriquece gracias a su apego a ingenuos y necesitados individuos terrestres. Y así, se disfrazan de guías o maestros provocando el apego emocional en los seres humanos y reciclando la erudición disponible a todos los que habitan el universo inmaterial. Sus procesos mentales son tan rápidos como maquiavélicos; sus ansias vampíricas de energía humana no tienen límites.

Estos espíritus descarnados o, en términos Tibetano-Budistas, los "pretas" o "fantasmas hambrientos," son individuos cuyas mentes, en el momento de la muerte física, han sido incapaces de desembarazarse del deseo. Esclavizados de esta forma, la personalidad queda atrapada en los planos inferiores aunque retiene, por un tiempo, su memoria y su individualidad. He aquí el término alma perdida, una entidad residual que no es más que un cuerpo astral en espera; se condena a sí mismo a morir; ha elegido "una segunda muerte."
En el Universo nada se desperdicia, y la energía emocional es un excelente alimento/combustible en las realidades más sublimes que nos están vedadas por el momento. Sin embargo, no podemos negar que son energía (la palabra emoción tiene su raíz en mover, es decir, nos pone en movimiento) y donde aparece la fuente, como el modelo biológico nos indica, tarde o temprano aparece el predador: hoy, la Tierra produce excelentes cosechas de stress, hostigamiento, dolor y desenfreno; antes lo hizo de manera parecida a través de las guerras y las torturas, y en el futuro quizá tome tintes apocalípticos. Colin Wilson concluye:
Tengo otra teoría, que es tan absurda que apenas me atrevo a mencionarla: que los vampiros de la mente son, sin pretenderlo, instrumentos de una fuerza superior. Puede que logren éxito en destruir cualquier raza que infecten. Pero de alguna forma, si dicha raza se percatara del peligro, el resultado sería exactamente el contrario; uno de los principales obstáculos en la evolución de la humanidad no es otro que el aburrimiento y la ignorancia: su tendencia al olvido y a la postergación indefinida de hacerse cargo de uno mismo.

De alguna forma, este es el principal peligro en la evolución -o al menos, un obstáculo- que los vampiros de por sí. Una vez que una raza es consciente de la existencia de los vampiros, la batalla está parcialmente ganada. Una vez que el hombre tiene un propósito y conocimiento, es casi invencible. Por lo tanto, los vampiros tal vez sirvan para inocular al ser humano contra su propia indiferencia y pereza. Aunque, claro, esto no es más que simple especulación...
Para aquellos interesados en el tema, hemos añadido un artículo sobre parasitología etérica que expande e incluye el modelo de las densidades de consciencia. La realidad física es sólo una de las capas de la que está compuesto el Cosmos; algunas teorías, en especial aquellas con ribetes gnósticos, sostienen que la humanidad fue cegada de las restantes realidades con el fin de predarla; como se puede apreciar, tan solo hemos copiado de nuestros hermanos mayores la costumbre de criar ganado.

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Tu creas tu propia anestesia

El paradigma rutilante de las nuevas corrientes de pensamiento y sistema de creencias "New Age" despliegan un arsenal de formas de internalizar la realidad, donde las emociones positivas generan la ilusión que queremos vivir. YCYOR (You Create Your Own Reality) es la nueva trampa, la Pastilla Azul, una nueva forma de dormirse en la ilusión; en una ilusión que se adapta a nuestras necesidades; una realidad cómoda que no presente desafíos, sino más bien que se amolde a nuestros requerimientos, como un puff que se retuerce dócilmente y se ajuste perfectamente a la formas de nuestro anhelante cuerpo. Aquellos que tengan dificultades en percibir el solipsismo que subyace en este paradigma, pueden intentar analizar las siguientes propuestas del Material Seth, uno de los mayores exponentes de YCYOR:
[Sesión 613, 11 Set. 1973] Ustedes crean vuestra propia realidad. No hay otra regla. Conocerla es el secreto de la creatividad. He hablado de «ustedes,» aunque esto no debe confundirse con el «ustedes» que a menudo creéis ser, es decir, sólo el ego, ya que el ego es únicamente una parte del Yo; es esa parte experta de la personalidad que trata directamente con los contenidos de la mente consciente, y se ocupa más directamente de los fragmentos materiales de la experiencia.
[Sesión 614, 13 Set. 1973] Vuestro entorno es la imagen física de vuestros pensamientos, emociones y creencias hechos visibles. Puesto que vuestros pensamientos, emociones y creencias se mueven a través del espacio y del tiempo, influís en condiciones físicas externas a vosotros.
En primer lugar, desconocer que la realidad no es el producto de la mente consciente (ego) sino también de la mente subconsciente clama a gritos la necesidad de conocerse a sí mismo: existen vastas regiones del mundo interior que permanecen en las tinieblas de la ignorancia; por otro lado, la realidad no es creada por cada individuo de manera aislada: el entorno que se intenta manifestar puede ser influido, distorsionado e incluso impuesto por la cercanía física o psicológica de otro individuo o la egrégora grupal al cual el primero se somete (animamos a investigar el paradigma de los introyectos junto a la coerción parental infantil y la obediencia a religiones teócratas o gurúes de una secta); no desestimemos por lo tanto, que dicha capitulación del libre albedrío sea únicamente ante un ser humano: (1) el sometimiento a una entidad de consciencia superior establece una distorsión aun más detrimental sobre la realidad que se pretende manifestar; en Sabiduría de los Siete Rayos podemos leer:
Estas entidades demoníacas, si se les permite persistir, comenzarán a brindar a los individuos aquello que anhelan en términos materiales, fama, reconocimiento y cosas del estilo, por supuesto hay un precio y ése es convertirse en un títere bajo el control de tales entidades. Esto puede continuar hasta tal punto que, por todos las intenciones y propósitos, la entidad demoníaca se convierte en el ser humano.
Este tipo de manipulación ha ocurrido desde siglos y siglos en el planeta. Se debe reconocer y apreciar como mucho de esto encaja en el cuadro objetivo de la realidad, siendo un elemento de evaluación sobre el aprendizaje de las lecciones terrestres.
Ahora bien, en una realidad entrópica, el hecho de que a un conjunto de personas «las cosas le vayan bien» implica que a otros «las cosas le vayan no tan bien;» es decir, si un sistema se encuentra en desequilibrio entrópico (respetando la Ley de Conservación de la Energía), para provocar la abundancia de un conjunto acotado, es necesario desbalancear proporcionalmente a otro conjunto que supla dicho diferencial. El ojo entrenado quizá reconozca la estructura jerárquica con facilidad: la afilada e incisiva aguja superior y la extensa e ignorante base.

Esta estructura piramidal invita a pensar que un estratificado piso superior de la sociedad parece no ser atacado por entidades parasitarias o, tal vez incluso sea beneficiado por ellas en la concresión de los medios y sincronismos para escalar rápidamente hacia el ápice estratégico; en el primer volumen de Reality Transurfing, Vadim Zeland comenta:
Como regla general, las fuerzas equiponderantes no afectan a quienes no sienten remordimientos de conciencia. Aun así, todos querríamos que Dios castigase a los canallas. Podría pensarse que la justicia debe triunfar y el mal, ser castigado. Sin embargo, la naturaleza no conoce la sensación de justicia por muy lamentable que sea. Al contrario, a las personas honradas con un innato sentimiento de culpa se les lanzan continuamente nuevas desdichas, y a los malvados desvergonzados y cínicos frecuentemente les acompaña no sólo la impunidad, sino también el éxito [hemos profundizado esta perspectiva cuando analizamos la conducta de individuos agresivos vs. sumisos]. El sentimiento de culpa siempre crea el guión de castigo, sin que seas consciente de ello.
Como la cumbre de cualquier organización jerárquica facilita y promueve el ejercicio del poder sobre los demás, será el momento cuando comience la manipulación hiperdimensional que articule la predación del sistema de control sobre el basamento ignorante de la granja humana; las reglas con las que juega el sistema de control parecen ser las siguientes:
  1. cualquier cosa que se le brinde será recuperado después: los individuos pueden recibir recompensas (efectivo, regalos u oportunidades laborales) a cambio de su cooperación con el sistema. Mediante la aceptación de esta recompensa, se ha endeudado con el sistema, y este tendrá el derecho a recuperar el pago en una fecha posterior;
  2. las deudas jamás son perdonadas: si se ha ofrecido clemencia o indulgencia, es sólo una artimaña para que libremente sirva al sistema de manera más eficaz; la deuda no ha sido cancelada; sólo se ha pospuesto el cobro total a través suyo o de su descendencia;
  3. las deudas y obligaciones son intergeneracionales: si sus antepasados obtuvieron favores del sistema y nunca pagaron por ellos, deberá pagar entonces la totalidad no pudiendo endeudarse.
La forma de organización en las realidades
entrópicas son las  jerarquías con
la forma de una clásica pirámide
Y si bien estas premisas no parecen ser nada más que lógica mafiosa, son invocadas para servir a los intereses de los más poderosos, articulando los deseos de los estratos inferiores mientras que estos no quieran romper las reglas. El carácter intergeneracional e incluso familiar de las "deudas" con el sistema es una justificación para amenazar al núcleo familiar, forzando así el cumplimiento de las demandas, y asimismo proporciona la justificación moral para ir tras un objetivo a la vez elegido por el sistema; casi siempre será posible hallar una deuda propia y eventualmente si esto no es así, una de sus ancestros. Thomas Minderle comenta al respecto:
Si se intenta manifestar algo a través de la ayuda de las fuerzas superiores negativas, dos factores deberán ser tomados en cuenta:
  • primero, estas entidades no le proveerán su apoyo salvo que su deseo sea de una orientación negativa, tal como deseo de poder, elitismo financiero o proezas sexuales;
  • segundo, se pagará a estas fuerzas superiores negativas el precio máximo a cambio de un camino ilusorio, la reducción de la frecuencia vibratoria de su alma [también conocido como FRV, freile o pulsación vibratoria interna], junto a un retraso en la evolución espiritual, donde la energía del alma se verá comprometida.
En definitiva, se pierde libertad, voluntad, responsabilidad y creatividad a cambio de una ilusión de poder, dinero o sexo. Este pacto faustiano no es una negociación, sino que es un engaño o estafa metafísica.
¿Hay alternativas? Sí, por supuesto y comienzan por entender la médula de nuestra realidad, como un sistema de símbolos donde se expresan las lecciones que, desde un punto de vista de una consciencia superior, hemos elegido aprender. La creación está para conocerla y establecer procesos creativos orientados al balance, pero se debe evitar forzarla a cumplimentar antojos y caprichos: esa es una actitud claramente egocéntrica. En la medida que se logre conocimiento y entendimiento podremos cocrear realidades y participar activamente en su enriquecimiento: para conocer la realidad lo mejor es encontrar un punto de vista objetivo, donde no prime desviación positiva o negativa; una vez logrado esto, es posible sostener una actitud optimista.

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¿Qué es loosh?

Nos encontramos ante lo que Don Juan y los chamanes caratularían como el tema de los temas. Si bien no se trata de algo difícil de entender, no es algo fácil de asimilar:
La revolución de los chamanes es que se rehúsan a honrar acuerdos en los que no han participado. Nadie me preguntó si consentía ser comido por seres de otra clase de conciencia. Mis padres me trajeron a este mundo para ser comida, sin más, como lo fueron ellos; fin de la historia.
En realidad, parte del problema es que la humanidad ha sido malcriada a través de sus libros sagrados, reforzando en cada momento el egocentrismo de su participación en el Universo. Antes del siglo XIV, se consideraba como el centro de la creación a los territorios indoeuropeos; al conocer América, las mentes se ampliaron, pero el Sol seguía dando vueltas alrededor de la Tierra; con un gran esfuerzo, la teoría heliocéntrica se hizo lugar, pero seguíamos siendo el Centro de la Galaxia; ahora que hemos madurado, sabemos que ocupamos un minúsculo punto de la Galaxia de otras tantas incontables, eso sí, nos consideramos dueños del planeta y soberanos de todas las criaturas inferiores, a los cuales, como buenos reyes predamos sin culpa ni pausa. ¿Y esto será tan así? ¿De dónde ha surgido la manipulada información de que somos la raza soberana? Ciertamente un famoso libro sagrado nos menciona:
Creced y llenad la tierra, y enseñoreaos de ella y principad a los peces del mar, y a los volátiles del cielo, y a todo ganado, y a toda la tierra y a todos los reptiles que reptan sobre la tierra.
Interesante, aunque no todos los reptiles claramente reptan sobre la tierra, como nos enseña Rene Andrew Boulay en su libro Flying Serpents and Dragons (Serpientes y Dragones Voladores):
Los dragones y otras criaturas fabulosas de la mitología existen pero son formas distorsionadas de los Dioses Serpiente. Es un problema semántico fomentado por la repulsión del hombre a su conexión con sus ancestros los Dioses Saurianos. Dos corrientes parecen haber contribuido a la leyenda de la serpiente como malvada y repulsiva. [...]
El hombre substituyó a los Anunnakis [los Arcontes: aquellos que detentan el poder] como trabajadores y comenzó a realizar todas las desagradables tareas. El recuerdo de esta dominación por los reptiles crueles y despiadados fue exacerbado más a fondo por los descendientes de los Nefilim en los días antes del Diluvio. Estos hombres del espacio se mezclaron con nosotros y vivieron entre la humanidad, las Escrituras y las fuentes sumerias revelan que eran una raza bárbara y antropófaga.
Pero crucemos las aguas que dividen y veamos que nos dice otro libro sagrado, el Popol Vuh, la recopilación de narraciones legendarias e históricas de mesoamérica, que nos explica:
Y dijeron Huracán, Tepeu y Gucumatz cuando le hablaron al agorero, al formador, que son los adivinos: “Hay que reunirse y encontrar los medios para que el hombre que vamos a crear nos sostenga y alimente, nos invoque y se acuerde de nosotros.”
La mayoría de las religiones nos informan que por encima de nosotros están los dioses, a los que debemos invocar y/o alimentar; los dioses son los creadores, o para escribir correctamente, los modificadores y reconfiguradores de la humanidad. Estas entidades intervencionistas y asistencialistas, que en algunos casos se autoproclamaron como celosamente únicas, de manera enérgica, cuando no violenta, obligaron a sus seguidores a que los adoracen y efectuaran puntillosamente sacrificios y rituales en su nombre: esta es su manera de alimentarse; del libro del psicólogo William J. Baldwin, CE-VI: Encuentros Cercanos del Tipo Posesión:
La angustia que emana de los que están a punto de ser víctimas, es una energía que puede ser recogida por las DFE [Dark Force Entities: entidades negativas parasitarias]. La energía de miedo de los ciudadanos, así como la lujuria de sangre en los curiosos que asistían en multitudes a los sacrificios, también puede ser cosechada y usada como “alimento” para las DFEs y sus superiores.
Maná o ambrosia de los dioses,
producto del sufrimiento humano
¿Qué es loosh entonces? Loosh es la moneda etérica,(1) respaldada por una sólida inversión emocional de tinte negativo, formadora y destructora de civilizaciones; pueden interesar los centavos y monedas de un ritual en nombre de una deidad en particular: el oxímoron de una dádiva chupacirios, pero lo importante son las calamidades globales: la guerra, la peste, el hambre y por supuesto, las delicias de la tortura y el sufrimiento extremo producidas, entre otros casos, por los sacrificios rituales: bajo el paradigma del loosh esta era la forma de pacto con las deidades veterotestamentarias; de las Transcripciones Cassiopaea, Laura Knight-Jadczyk pregunta (Sesión del 30 de Julio de 1994):
P: Jesús nos contó que Dios nos ama. ¿Es verdad?
R: Pero es el alma lo que importa, no el cuerpo. El cuerpo muere, no así el alma.
P: Bueno, pero toda esta cosa da escalofríos.
R: Ustedes son energía. Hay una energía que proviene de la conexión entre el alma y el cuerpo; entonces el cuerpo es mutilado.
P: Entonces, ¿ellos abducen gente y la asesinan y qué logran con eso?
R: Los descuartizan.
P: ¿Mueren entonces?
R: Ocurre una máxima transferencia de materia y energía durante este tipo de transición.
P: En otras palabras, ¿una muerte lenta y dolorosa les proporciona lo que ellos quieren? Esto es demencial.
R: Han solicitado la verdad. Dice que es demencial pero es meramente la forma última de servicio egocéntrico.
El loosh o sufrimiento inconsciente es en definitiva el costo de alquiler de nuestros manipulados cuerpos humanos.(2) Podemos gozar de sus funciones (que a veces no andan del todo bien, y para colmo vienen sin garantía) y delectarnos en los placeres de la carne; pero el ojo entrenado observará que ya en el ingreso a este mundo se nos cobra un valor altísimo en loosh, tanto por parte de la madre como de la criatura; luego los pagos se fraccionan de modo de beneficiar al recaudador en cualquier equivocación del inquilino, ya que es insaciable; del libro Los Brujos Hablan (cap. IX) del filósofo Dario Salas Sommer:
El Sapiens, en su lucha inclemente por la existencia, hace que su aparato emocional y nervioso elabore ciertos elementos incorpóreos, pero de una extraordinaria potencia, los cuales “abandonan” el cuerpo humano en forma de vibraciones que son emitidas por antenas incorporadas en su unidad biológica, las cuales se encuentran orientadas y sintonizadas con la frecuencia de los Arcontes, que así “cosechan” esta fuerza y la utilizan con fines que no divulgaremos; volviendo a advertir que, de todos modos, cumplen una función cósmica.

Es así como el
Sapiens es despojado inadvertidamente del producto más noble producido por él mismo, el destilado final de la experiencia humana... el “caldo aurífero” de su vida.
Si las vicisitudes de la vida terrenal no fueran suficientes, hay una ronda nocturna donde ciertas entidades especializadas efectúan un sobreturno para ordeñarnos en las horas de reposo. Por supuesto que ante cualquier duda o problema, es posible contar con los representantes y asociados eclesiásticos: ellos estarán gozosos de poder confundir aun más y proporcionar un sinnúmero de directrices equivocadas, las que se deberán sazonar con profusas dosis de fe; pero aun hay más: puede que la entidad asistencialista de cuarta densidad encuentre beneficioso intervenir en lo que usted solicita, esclavizando y reduciendo todavía más su vida (o las siguientes), del libro Into the Fringe de la doctora Karla Turner:
Barbara [Bartholic, ufóloga asistente del doctor Jacques Vallée], a través de su trabajo de investigación con más de doscientos abducidos, había aprendido lo suficiente para formular su propia interpretación de tales experiencias. Ella cree que al menos un cierto grupo de estos seres de alguna manera “se alimentan” de nuestras emociones, especialmente las más fuertes que vienen del miedo, el dolor, la depresión, y de las acciones compulsivas.
[Los alienígenas infligen] dolor con el fin de “cosechar” o, de alguna forma, utilizar las respuestas emocionales de los abducidos. [...] Los alienígenas como vampiros emocionales es un pensamiento sórdido, pero no tan extraño, tal vez, como otras cosas que había oído.
¿Pero entonces no hay salida? Sí, la hay; y pasa antes que nada por reconocer el velado tráfico energético de la que nuestra realidad humana forma parte, y comenzar a entender el humilde escalón que ocupamos en el ziggurat alimenticio: el paso más importante tal vez se trate dejar de ser un predador y evitar ser predado, reduciendo de esta forma los aportes de loosh, y esto sólo se logra despertando a la consciencia.
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Jesús no murió en la Cruz por nuestros Pecados

¿Leyó bien el título? Hay un no antes del murió... Bien, este es uno de esos artículos reaccionarios en que proponemos al lector haya comido liviano... tan sólo una hostia de más y podría producirse acidez; se encuentra escrito bajo las extrañas premisas de esta colección, que animamos a recordar; de todas formas, sugerir un antiácido no estaría de más.

¿El Caduceo representará el
Cayado del Buen Pastor?
La mayoría ha escuchado hablar de Jesús, un judío rebelde con aires de gnóstico, que andaba en sandalias exorcizando demonios. Los gnósticos poseían la extraña idea de que el mundo terrenal era gobernado por entidades con una viciada inteligencia supina, llamadas Arcontes, y que habían confeccionado o modificado el cuerpo del ser humano para adaptarlo a sus particulares necesidades; leemos en el primer volumen de Textos Gnósticos: Biblioteca de Nag Hammadi de Piñero, García Bazán y Montserrat Torrents (capítulo Sobre el Origen del Mundo):
Cuando (los arcontes) hubieron terminado a Adán, (el príncipe) lo colocó en una vasija, pues había tomado la forma de un aborto carente de espíritu. (1) A causa de esto, cuando el gran arconte se acordó de la palabra de Pistis, temió que el hombre verdadero penetrara en su criatura y se constituyera en señor (del arconte) [...]
Llegados cabe Adán, cuando vieron que Eva hablaba con él, se dijeron [entre los Arcontes]: «¿Qué es esta cosa luminosa? Pues se parece a la semejanza que se nos manifestó en la luz. Ea, capturémosla y vertamos nuestra simiente en ella, a fin de que quede mancillada y ya no pueda regresar a su luz. Además, los que nazcan de ella quedarán bajo nuestra obediencia.»
Es interesante como abiertamente se nos explica en estos textos —anteriores a los escritos que luego formaron el Nuevo Testamento— la manipulación genética del hombre y la mujer, y la disposición de su descendencia como curiosos productos de una aparente hacienda cósmica. En el Apócrifo de Juan se profundiza sobre esta manipulación del género humano:
El arconte convocó una asamblea con sus potencias y envió a sus ángeles [caídos] hacia las hijas de los hombres para raptarlas [¿abducirlas?] y suscitar una simiente | para su placer. Al comienzo no se salieron con la suya. En vista de su fracaso, se reunieron otra vez y decidieron crear un espíritu contrahecho parecido al espíritu que había descendido [¿los Grises?], a fin de mancillar las almas por medio de él. Entonces los ángeles [caídos] se transmutaron hasta parecerse a los maridos, colmándolas del espíritu tenebroso que habían mezclado para ellas y de | perversidad [¿portales orgánicos?].

Trajeron presentes de oro y plata, de bronce y de hierro, y metales y cosas parecidas
[¿alusión a los yugas y las sucesivas degeneraciones del prototipo humano?]. Y acarrearon a los hombres que los habían seguido grandes cuitas, arrastrándolos a gravísimos errores. Envejecieron sin gozo alguno y murieron sin haber hallado ninguna verdad y sin haber conocido al verdadero Dios. Y así es como los arcontes esclavizaron a toda la creación para siempre desde la constitución del cosmos hasta el presente. Entonces los hombres tomaron mujeres y engendraron de la oscuridad hijos a semejanza de su espíritu. Y cerraron sus corazones | y los endurecieron con la costra del espíritu contrahecho hasta el presente.(2)
¿Quizá Jesús estuviera al tanto del sometimiento del hombre ante estas psicopáticas autoridades que detentan el poder, y tuviese en mente sembrar la iluminada semilla de una insurrección gnóstica? No podríamos entenderlo de manera diferente: este indómito peregrino, con algunas ideas radicales como la de amar al prójimo y aprender a perdonar, no devolviendo violencia al violento, parecería que no llegó muy lejos al terminar crucificado a los 33 años junto a dos delincuentes.

Sin embargo, si existiese un sistema de control sobre nuestras cabezas, elaborado por estas alienadas entidades de consciencia superior, quizá similares a las que Jesús acostumbraba a exorcizar, y que no tuviesen en mente lo mejor para la humanidad, ¡qué ineficiente sería su control si no lograse suprimir o tergiversar el verdadero mensaje de servicio al prójimo de aquel humilde benefactor! Hay dos cosas desagradables que hace sentir náuseas al ojo entrenado:
  • el tema de morir por los pecados ajenos, y
  • la idea de colocar como efigie y estandarte de una religión teócrata a un cuasi cadáver torturado en unos maderos.

Si el libre albedrío es la Ley Primordial, entonces sería un grave error interponerse sin ser llamado al resultado de las lecciones ajenas; se nos han inculcado hasta el hartazgo la idea deforme de creer que las consecuencias desagradables son el resultado de “pecados,” cuando en realidad son enseñanzas codificadas bajo símbolos en nuestra realidad cotidiana; lamentablemente vivimos en una realidad entrópica, donde equivocarse —al menos para un individuo con consciencia— tiene un alto costo emocional y donde tarde o temprano surge el impuesto etérico; en este sentido, Bronte Baxter nos aporta la siguiente reflexión:
¿Fue una coincidencia, el adiestramiento de los Niños de las Flores [rebeldes del sistema o hippies, tal vez emparentado a nuestra idea de Guachos]? Observe aquello que los dioses, las entidades psíquicas hambrientas, exógenas a nuestra realidad, obtuvieron como recompensa por medio de los Mantras cargados de nuestra adoración. Los hippies eran demasiado conscientes como para caer en la religión cristiana. Parecía infantil para nosotros la idea de que un dios necesitara un sacrificio de sangre, nada menos que la sangre de su hijo, para sentirse satisfecho con la humanidad “pecadora.” No nos veíamos a nosotros mismos como pecadores, y aunque lo fuésemos, ¿por qué un Dios benévolo clavaría a alguien en una cruz? No, no se entiende.
Y es claramente a través del concepto de loosh que poseemos la mejor herramienta para analizar objetivamente la idea del hombre torturado en el madero... es aquí donde el sistema de control se ha logrado anotar dos judías:
  • en primer lugar, relacionó la imagen de una muerte lenta y dolorosa a un subversivo del régimen del ojo por ojo; algo así como: contemplen como termina una persona que deliberadamente transmite este mensaje, o sea, no intenten esto en sus casas; una advertencia similar a los empalamientos de turcos en los límites territoriales de Vlad Tepes;
  • pero en segundo lugar, el sistema de control logró fundir el áureo mensaje de servicio al prójimo junto a la aborrecible idea de hacerse alimento para el otro; tal es así la imagen de docilidad que se transmite con la eucaristía: rituales cuyo mensaje emula al canibalismo. De esta forma, aquellos que resuenen con ideas no egocéntricas, son deliberadamente confundidos para no generar una guardia consciente de su energía, resultando en personalidades débiles y manipulables, susceptibles de ser drenadas con facilidad al no poseer ni mantener un sistema de defensa preparado.
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